Las puertas se habían cerrado detras de Nedd. El ascensor, de cristal, le mostraba la gran ciudad, Higgaria, en honor a su planeta natal. Sus piernas temblaban de emoción, y no pudo mover un solo musculo ante tanta belleza...
La ciudad en Ulises, la continuación de la vida dentro de la grandiosa nave, todos los clanes Homminidus unidos en armonía en un solo centro de mando. Un gran pasillo extendido a sus pies, conforme bajaba, un mostrador de recepción, las taquillas de teletransporte, y, a lo lejos, las luces de las casas, identicas, brillaban formando dibujos en el vacío interior de aquel gran trozo de metal. Las plantas, en el centro de la recepción, colocadas en forma de circulo, y el gran arbol, un gran pilar de metal, moldeado como un arbol plagado de luciernagas, que se extendía allá en lo mas alto, tocando el cielo metalico. Cielo que hacía de suelo a la sala de mandos. En lo alto de la nave.
Se hizo el silencio, acompañado de una oscuridad total solo rota por los rayos de luz que proporcionaba el sol, brillante y grandioso allá a lo lejos. Unos metros abajo, Nedd tornó su sonrisa a una expresión mas dura, digna del capitán de la sección de inteligencia.
El ascensor se paró , abriendo las puertas a su espalda, dejando ver la gran sala de mando, que ya bullía de gente, a la espera de su orden.
Nedd tardó unos segundos en darse la vuelta y adentrarse en la sala... primero quería despedirse de su planeta natal... Higarra, que brillaba con un tono solemne, aceptando la despedida.
- ...espero que no sea en vano... - Agachó la cabeza... y, sin soltar una sola palabra mas, se adentró en la sala.
Todo el mundo andaba de un lado para otro en la sala, todos con sus tunicas blancas y sus controladores vitales, todos chequeando datos en las columnas holograficas. Todos esperando a que el capitán dé la orden de hiperespacio.
La sala tenía forma esférica, con la parte superior bordada en cristal, con una pantalla holografica encima suya que indicaba el nombre, dirección y posición de cada astro que en el espacio llacía. Las columnas holográficas mostraban los datos de la nave, todas con tonos azulados, y bibrando cada vez que algún tecnico despistado la rozaba con su mano. En cuanto la gente advirtió la presencia de Nedd, se callaron, dejando paso a su solemne silencio.
Todo el mundo estaba callado, esperando a que Nedd hablara, mientras se acercaba, paso a paso, a su asiento, en lo mas alto de la sala. Cuando llegó, desde lo mas alto, dejó de lado la nostalgia.
- Señores... lo primero de todo... felicidades, por su trabajo, preparando los sistemas de la nave, por su futuro trabajo dentro de esta, y por la fé que demuestran uniendose a este viaje. - El silencio fue rotó por las sonrisas de todos los tecnicos. - Nos espera un largo viaje... asi que empecemos cuanto antes...
En cuanto Nedd terminó, todo el mundo siguió su trabajo, controlando los niveles de temperatura, de presión del casco, los modulos de criogenización...
Nedd miraba a la boveda de cristal, contemplando el universo que se abría ante él.
- Señor... - Su visión fue interrumpida por una voz suave, dulce a la par que seria... - Los pobladores de la ciudad han llegado y estan listos, los modulos de carga de las naves criogenizadas estan acoplados... - se creó el silencio de nuevo entre los dos, Nedd miró a aquella voz... era la jefa de operaciones, Nitsa. - Todo está listo para el salto de prueba... - Los ojos color turquesa de Nitsa brillaron por un momento, y una sonrisa adornó su cara.
- Gracias - Nedd contestó, contestandole a aquella sonrisa. - Que se prepare todo el mundo, vamos a saltar a Thessemmer.
Thessemmer era una antigua estación minera a las afueras del sistema solar Higgariano. Deshabilitada porque se acabaron sus recursos, ahora como puente hacia el siguiente punto de salto.
Todo el mundo había recibido la orden de Nedd. Estaban en sus respectivos asientos, deseosos de que el salto se realizase...
- Conexión con la Madre comandante. - Nedd centró la vista en su monitor holografico. Aguardando la respuesta.
Madre comandante en línea, esperando ordenes.
La voz suave, a la vez que metalica, retumbó en la cúpula cristalina.
- Active modulo de hiperespacio. - Nedd apoyó la espalda en su asiento.
Activando modulo de hiperespacio. T-60 Segundos
En cada uno de los asientos, una burbuja de cristal apareció, como por arte de magia, segregando un gas adormecedor. TOdos y cada uno de los tecnicos permanecieron en silencio, dejando que el gas cerrase sus parpados para aquel largo sueño.
Nedd contemplaba la cúpula, cada vez mas borrosa. Sus ojos se despidieron por ultima vez de aquel astro que brillaba en lo alto, y de su luz. Todo se volvió oscuro.
La gran ciudad dormía bajo las luces azuladas que advertían el salto. Todo permanecía en silencio. Todo callado, todo en paz.
El gran planeta se despedía de la nave, vistiendo su mejor gala color rojo anaranjado para aquel momento. Nadie pudo verlo, todos dormían dentro de la nave.
Un gran haz de luz azul surgió de la nave, todo vibraba, la nave se estremeció durante unos segundos, agitandose levemente, dejando desprender algunos trozos de metal en su baile.
Los cazas reposaban amarrados en el puerto de embarque.
Las naves criogenizadas bailaban al compas de la nave, que preparaba su partida.
La nave gimió un momento, y una gran estela de luz azul se alejó del planeta, llevandose a la nave consigo. La luz cesó, y la paz inundó todo.
El planeta rosado, poco a poco, se apagaba, conforme tapaba al sol, en la mas maravillosa puesta de sol de todos los tiempos.
Todo estaba en silencio.