Hoy es una mañana
distinta a las demás
el sol dueño del cielo
tímidamente
se negó a despertar
entre las montañas
ya no yace su luz
la que alumbra
la ciudad en cada amanacer.
Tú, mi princesa blanca
tampoco estás
duermes y ries en otra ciudad
pero tu corazón siente
al mio,
a pesar de nuestra distancia,
y
sé que le tiempo nos dará
la recompensa traducidad
en felicidad
donde nuestros besos
nos inundarán
de eterna tranquilidad
No me arrepiento
ni me arrepentiré
de ser un hombre
entregado a tus pies
hombre el que por tí
daría su vida
sin esperar nada
Princesa y reina de mi corazón
te voy a regalar el mundo entero
te voy a hacer feliz el resto de mi vida
entregándome a tí..
Pero ahora...
préstame tus manos
que quiero sentir tu calor
Pero ahora...
Espérame , mi dulce amor.
Te quiero.