La aversión de HP a los cartuchos no oficiales es todo menos nueva. Los propietarios de sus impresoras están más que familiarizados con unas políticas de uso que no solo
desincentivan el uso de cartuchos de tinta no oficiales, sino que puede llegar a limitar algunas funciones de la impresora hasta que se inserta uno oficial. Estas prácticas le han valido una demanda en Estados Unidos y ahora tienen una explicación por boca de Enrique Lores, CEO de la compañía: HP quiere impedir la difusión de virus.
Según ha señalado Lores a la cadena de televisión estadounidense, CNBC, "hemos visto que puedes incrustar virus en los cartuchos. A través de los cartuchos [el virus] puede ir a la impresora y de la impresora a la red". En teoría, este tipo de ataque se valdría de los chips integrados en los propios cartuchos para inyectar alguna clase de malware, aunque no es un argumento que resulte convincente para expertos en seguridad consultados por
ArsTechnica.
Algunos de los testimonios recogidos por la publicación van desde "soy escéptico, salvo que sea una nación-estado creando un ataque a medida" a "he visto algunas cosas hechas con hardware realmente raras a lo largo de mi vida [...] así que créeme cuando digo que es exageradamente implausible incluso en un entorno de laboratorio, mucho menos
in the wild, y para nada de forma que pueda impactar en negocios o individuos más allá de actores políticos específicos".
HP se defiende asegurando que en 2022 investigadores de seguridad encontraron la forma de hackear una impresora usando un cartucho no oficial, conservando información en la memoria del periférico tras retirar el cartucho, pero no hay pruebas de que este método haya sido utilizado. Más aún, las medidas restrictivas de Dinamic Security fueron implementadas en 2016, cuatro antes de que HP llevara a cabo su programa de caza de bugs para cartuchos.
Por supuesto, la seguridad de los consumibles oficiales es solo una pieza del puzle. Lores también ha declarado en la entrevista que el sistema de autenticación de cartuchos busca proteger la propiedad intelectual de la empresa "evitando que la impresora funcione [con cartuchos no oficiales]", y es que HP pierde dinero con cada impresora que vende. Los beneficios llegan a través de la venta de consumibles, por lo que el objetivo a largo plazo es "convertir la impresión en una suscripción. Eso es lo que hemos estado impulsando".
La conclusión de ArsTechnica resulta interesante: cuando la gente compra una impresora HP, cree que está haciendo una inversión. Esta noción choca de frente con la estrategia de HP, que considera que está invirtiendo en el consumidor con cada impresora vendida. Ambos van a querer extraer un valor de esa compra, pero sus intereses estarán inevitablemente enfrentados.
Fuente: ArsTechnica