En un principio Huawei ya ha dejado atrás lo peor de la crisis diplomática entre Estados Unidos y China. Aún no está nada claro su futuro, puesto que, como dice el refrán, de lo dicho a lo hecho hay un trecho, y en este caso no parece que para esquivar las sanciones vaya a bastar
la palabra de Donald Trump, pero el fabricante chino ya puede ir pensando en desactivar el Plan B iniciado tras la amenaza de
perder la licencia de Android y ser desconectada de sus servicios.
Esta nueva situación nos está deparando ahora algunas noticias interesantes. La más curiosa tiene que ver con el sistema operativo que Huawei estaba desarrollando como alternativa a Android, un fork de la plataforma de Google al que se le atribuía el nombre de Hongmeng OS y que estaba prácticamente listo para ser lanzado en caso de emergencia. Ahora, según afirma Huawei, Hongmeng OS no fue diseñado para teléfonos móviles, sino con fines industriales.
Así lo
afirmó ayer la vicepresidenta senior Catherine Chen a varios periodistas congregados en Bruselas. Sus palabras son además un eco de las propias
declaraciones del presidente del consejo de Huawei, Liang Hua, que la semana pasada aseguró que su compañía "aún no ha decidido si Hongmeng OS puede ser desarrollado como un sistema operativo para smartphones en el futuro".
Estas palabras se pueden interpretar de muchas formas distintas. Puede que Huawei simplemente se sienta ahora más segura y quiera alejar la noción de que sus futuros teléfonos integrarán Android en lugar de un fork de futuro muy incierto. También es posible que Hongmeng OS fuera en realidad una plataforma mucho más abierta y que la adaptación a teléfonos móviles hubiera sido una reacción a la desesperada. O que simplemente Hongmeng OS fuera otra cosa y la alternativa a Android tuviera una denominación y un desarrollo ajenos.
Sea como sea, Hongmeng OS es ahora descrito como una plataforma industrial de baja latencia para el Internet de las Cosas, no como ese sistema operativo móvil que supuestamente estaba listo para su integración en smartphones.
Fuente: The Verge