Huawei tiene un nuevo producto en su vasto catálogo, pero no es un teléfono móvil. Tampoco un producto de infraestructura 5G o un servidor; se trata de un lanzamiento bastante más inesperado y tal vez por ello también llamativo. La D920S10 es una placa base de ordenador, y no una cualquiera, sino un modelo concretamente diseñado para trabajar con un procesador ARM a 7 nm de alto rendimiento.
De muy pequeño tamaño (Huawei no publicita sus cotas, pero
Computerbase la asemeja a una placa microATX), la D920S10 tiene soldado en su superficie un procesador a 7 nm de grandes dimensiones. Se trata del
Kunpeng 920, un chip de
arquitectura ARMv8 a una frecuencia de 2,6 GHz fabricado usando un proceso de 7 nm de TSMC.
En su momento el Kunpeng 920 fue
anunciado como un desarrollo para centros de datos de alta eficiencia y equipos industriales, por lo que resulta llamativa su presencia en una placa base aparentemente creada para equipos de sobremesa. En su diseño inicial contaba con 64 núcleos. El integrado en la D920S10 es mucho más modesto, con solo cuatro u ocho núcleos.
Al margen de su singular CPU, Huawei ha dotado a esta placa base con tres ranuras PCIe (una 3.0 x16 para tarjetas gráficas, una PCIe 3.0 x4 y una PCIe 3.0 x1), seis conectores SATA 3.0, dos M.2, cuatro puertos USB 3.0 y otros tantos 2.0. El soporte para RAM alcanza los 64 GB de DDR4-2400. Aunque no aparecen en la ficha técnica, la foto oficial también muestra los clásicos puertos de audio y vídeo, así como lo que parecen ser dos conectores Ethernet.
Según Huawei, tanto la placa D920S10 como la adaptación del Kunpeng 920 que integra han sido creadas para trabajar con Linux.
WindowsCentral, por su parte, especula que el fabricante chino también podría estar interesado en crear sistemas de sobremesa ARM con Windows 10, puesto que recientemente Microsoft cambió el
branding dicha
versión de su sistema operativo de
Windows 10 on Snapdragon a
Windows 10 on ARM.
Por otro lado, el debut de la placa D920S10 prácticamente coincide con la
noticia de que el gobierno de Pekín ha promulgado una directiva para estimular la creación de equipos informáticos sin componentes extranjeros. Según esta orden, conocida como Programa 3-5-2, todas las oficinas de los organismos gubernamentales chinos e instituciones públicas deberán cambiar su hardware y software por productos nacionales en un plazo de tres años.
Fuente: Huawei