Dando por buenos los
rumores de las últimas semanas, Huawei ha anunciado la venta de su división Honor. El atribulado gigante chino asegura que esta decisión ha sido tomada a instancias de la red de distribución de Honor y la "cadena industrial" de la firma en aras de "asegurar su propia supervivencia". La
nota de prensa es extraordinariamente escueta (ni siquiera refleja el monto de la operación), pero señala que el comprador es una firma china llamada Shenzhen Zhixin New Information Technology Co., Ltd.
Como mencionábamos la semana pasada, Honor se enfrentaba a un futuro realmente oscuro debido a las sanciones impuestas sobre Huawei, que le impedían proveerse de
chipsets de última generación,
memorias e incluso pantallas, por no mencionar la
pérdida de los servicios de Google. Hasta cierto punto Huawei podía encarar este duro golpe centrándose en características punteras como las cámaras de sus teléfonos tope de gama para compensar el uso de
chipsets menos avanzados en el futuro. Pero para Honor, que compite en la gama baja y media, la pérdida de hardware atractivo suponía su sentencia de muerte, especialmente con firmas como Xiaomi y Realme en un estado de continua renovación.
Informaciones oficiosas publicadas hace unos días situaban el coste de la operación en unos 13.000 millones de euros, aunque por ahora no hay datos oficiales. En cuanto al comprador, la agencia AP
indica que Shenzhen Zhixin New Information Technology es una empresa relacionada con el gobierno municipal de Shenzhen, hogar de Huawei, con el propósito de desarrollar infraestructuras de telecomunicaciones para las políticas de planificación urbanística de la ciudad. En ella se integran también más de 30 distribuidores de Honor.
La venta de Honor deja muchas dudas sobre el futuro de la marca en Occidente. Aunque la situación de Huawei en China es positiva, en el exterior sus ventas van en caída libre, hasta el punto de que el grupo experimentó un descenso interanual del 27 % durante el segundo trimestre de 2020.
Fuente: Huawei