Madre mía chavales. Lo que os voy a contar a continuación seguramente os lo toméis como una manera de inventarme una surrealista historia para manteneros entretenidos. Pero os juro por mi vida que lo que os voy a contar es totalmente real. No sé si mantener el título del post o cambiarlo, porque ha ocurrido algo que ya nada tiene que ver con el tema de ir a cenar sushi o no. En fin, coged palomitas porque vais a flipar...
Durante esta pasada noche, me iba despertando de vez en cuando porque me notaba la garganta y boca muy secas. A penas tenía saliva. Intentaba recoger saliva para humedecer esa zona que notaba tan seca y me molestaba. Total, que me despierto esta mañana sobre las 8:30 porque tenía que ir a un sitio. Y aquí es cuando empieza la pesadilla: Noto como algo en mi garganta que me molesta, como un resto de comida. Bebo agua y no se me pasa. Cada vez es más molesto hasta que empiezan las arcadas. Comienzo a ponerme nervioso porque noto un objeto extraño en mi garganta que me produce infinitas arcadas hasta el punto de obstaculizarme el aire. Es más, ese objeto extraño, literalmente me obstaculiza la garganta. Ya no son arcadas. Me asfixio. Total, mi madre a punto de entrar en pánico. Entonces me dirijo al espejo, cojo una linterna y descubro lo que me pasa:
Me doy cuenta al instante de que mi úvula (campanilla) está increíblemente inflamada, muchísimo más grande, con una forma de pera fuera de lo normal. Y lo peor de todo es, que no solo ha crecido de tamaño, si no que también se ha alargado hacia abajo, como si el propio peso hiciese que cayese hasta el punto de introducirse en mi garganta. Si os fijáis, hay un pequeño espacio entre la campanilla y la zona de la lengua y la garganta-laringe. Por ahí pasa la comida y los líquidos, la campanilla no obstaculiza. Bien, pues en mi caso no es así. Me cuesta hablar, a la mínima que hable la campanilla se me queda adherida y me asfixio. Es la sensación de agobio más terrible por la que he pasado nunca.
El caso es que acabo de llegar a casa de urgencias. Me han pinchado cortisona. Aún no saben bien bien a que se debe, pero quizá una reacción alérgica. El caso es que estoy acojonado. No en términos de salud, que también. Es porque me acojona el hecho de pensar que creo saber a qué se debe y eso no me gusta nada...
Ayer sobre las 6 de la tarde me realicé una segunda sesión de láser para eliminar un tatuaje que tengo ubicado detrás de la oreja, un poco más abajo. Bien, en teoría no tendría por qué estar relacionado, pues el tatoo está casi en la zona de mi cabeza y lo otro está dentro de mi boca. Perooooooooooo resulta, que la sesión de ayer, en comparación con la primera, fue notablemente más dolorosa e intensa. El dolor fue mayor y sangré más. En resumen, la intensidad del láser fue mayor. ¿Es posible que las radiaciones hayan afectado sensiblemente a todo esto que me sucede? En la primera sesión no me pasó nada, me dolió y sangré un poquito, lo normal, pero nada comparable a esta segunda vez. No sé, hay tantas opciones... reacción alérgica a algo que haya comido, el láser, alguna espina de pescado clavada, yo que sé... estoy acojonado especialmente por el tema del láser, porque por temas de salud se me cura y ya, pero todo lo que tenga que ver con radación, láser, cáncer y estas mierdas...
Son profesionales. Es una tienda especializada y todos ellos tienen el título correspondiente. Pero no sé qué pensar.
- Lo malo de esto: Me estoy formando como actor y mañana justo tenía una obra de teatro que no voy a poder representar. Y la semana que viene también tenía muchos ensayos. Por no decir que a parte de lo angustioso de la situación, me aterra el hecho de que esto pueda estar relacionado con el puto láser.
- Lo bueno: Me libro de cenar sushi el lunes