Creo que no es bueno generalizar así, ya que con lo de leer pasa como con casi todo allí: hay muchísima gente a la que le gusta leer y muchísima gente a la que no, y cada uno piensa que lo que hace es lo mejor. Lo que resulta preocupante es que la gente a la que no le gusta leer se dedique, en vez de a hacer otras cosas, a escribir críticas (de lo que sea), críticas generalmente larguísimas en las que se queja porque hay que leer algo en el proceso (es curioso, ya que lo que esa misma gente escribe es para que alguien lo lea, vamos, y precisamente si sus lectores fueran como ellos estarían sin trabajo).
Aún recuerdo que una de las críticas de SUPERMAN RETURNS se quejaba porque "había que leer"... ¡y se refería a tres o cuatro frases brevísimas que aparecen al principio y dicen algo así como "Cuando los astrónomos descubrieron los restos de Krypton, Superman quiso regresar al lugar donde había estado su mundo para ver si algo de él había sobrevivido" y poco más! A mí me parece absurdo que gente así se dedique a escribir algo para que otros lo lean (cualquier cosa), pero no tiene nada que ver con ser yanquis o dejar de serlo.
Es más: en este caso me parece otra excusa barata para rebajar la nota a un juego de Nintendo (otras ideales que se están poniendo muy de moda son: "no tiene online", "los gráficos no son en HD", no tiene sonido 5.1.", "sólo es a 480p" y, ahora, "hay que leer"). ¿Es que en los universalmente aclamados FF, MGS u OKAMI no hay que leer? Porque no creo que haya que leer mucho menos, vaya.
Parece preocupante que haya quedado atrás la época de juzgar a un juego (especialmente de Nintendo) por lo verdaderamente importante: la imaginación de sus creadores, la diversión que proporciona al jugador y su buen acabado artístico-técnico teniendo en cuenta las características de la máquina en que se ejecuta. Ahora parece que hacer crítica de juegos (y especialmente de los de Nintendo) es bajar puntuaciones, básicamente, por cosas que nada tienen que ver con eso, algo que para mí es más o menos lo mismo que si un crítico literario le bajara la nota a un libro porque la tapa es en rústica y no en cartoné.