Lo cierto es que es una jodienda que te fuercen a aplicar una actualización de tales características. Porque, a diferencia de las actualizaciones de seguridad que salen a principio de mes (segundo martes de cada mes para ser exactos), las actualizaciones nombradas como "Anniversary Update", "Creators Update", "Falls Creators Update" y similares son en realidad una mejora completa del sistema operativo.
Cada vez que se sucede una actualización de estas, aumenta el número de compilación y se sustituye todo el núcleo de Windows. Con Windows 10 empezamos con la versión 10.0.10240 y vamos ya por la 10.0.16299. De hecho, cada vez que sale una actualización de este estilo, Windows no descarga un paquete de actualizaciones, descarga un conjunto de imágenes .esd que facilmente pueden alcanzar los 5GB en descarga y que en su conjunto forman una nueva versión de Windows. De hecho, hay aplicaciones que permiten recomponer una imagen .iso completa para instalar partiendo de este conjunto de imagenes .esd. Y aunque parece que tienen todo este asunto muy controlado, no me deja de poner nervioso que se haga una actualización tan bestia así.
En las versiones Home, esto no se puede controlar de ninguna manera. O desactivas el servicio de Windows Update, o finalmente tienes que optar por dejar el ordenador una hora aproximadamente para que éste actualice a sus anchas. En las versiones Pro y superiores, estas actualizaciones se pueden aplazar hasta un año si así lo deseas y mientras tanto seguir recibiendo actualizaciones de seguridad sobre la compilación en la que te encuentres, pero después te toca pasar por el aro también.
Como detalle, comentar también, que es exactamente lo mismo irte a Windows Update y decir que te descargue la última actualización de características, que descargarte el medio con la herramienta Media Creation Tool (o Herramienta de Creación de Medios) e instalar desde el medio o pedir que te actualice el sistema. Con esto, os podeís hacer una idea de lo que está sucediendo.