Al principio no pensaba exaltarme mucho por el juego, que la gente enseguida te mete un dedo por el culo y te tacha de partidista o de psicopata. Pero que coño voy a dejar el post inflao de lefa porque el juego es pa pajearse en plan orfeón de orquesta de zambombática.
PFRAAA!!!!
Vaya pasada, NINTENDO 100%, el juego es cachondísimo, las acrobacias selváticas del simpático primate no tienen parangón en el universo plataformesco de consola y de PC, pasarte un nivel sin tocar suelo es un verdadero espectaculo de jugabilidad, uno siempre mejora sus aptitudes saltarinas en este juego, todo ello a base de castañazos contra los bongos o machacando las palmas de nuestras manos.
Los nieveles presentan la variedad suficiente para que no acabemos hartos del juego en cuestión de minutos, horas, días, semanas o meses
y cuentan con un diseño muy bueno a mi parecer.
En el tema gráfico no se queda atras es precioso, la fauna amazónica está recreada con un toque bizarro muy simpático que a medida que avanza el juego se va soltando (monos ninja pa cagarse
) la melena, el propio DK tiene ahora una personalidad más marcada, con sus alaridos y su cara de bonachón y ese aspecto de peluche bestia tan tierno, este juego tiene caracter. La recreación de los diferentes escenarios es extraordinaria, uno de los mejores trabajos de ilustración y paisajismo que he visto en mucho tiempo en este medio, sin salir del estilo caricaturesco del juego, tenemos unos parajes muy fieles a larealidad, con una pizca de exageración demográfica, el que los personajes a veces se vean tan diminutos engrandece la espectacularidad de los escenarios donde veremos impresionantes cascadas . . . .
dentro y fuera de la pantalla
. . . y riscos montañosos, todo ello siempre lleno de vida gracias a los detalles que siempre inundan los juegos de nintendo, esos efectillos que nos ayudan a discernir mejor lo que pasa en el juego y además adornan que es un primor, pajaritos volando, briznas de polvo, diferentes climatologías y localizaciones, luciernagas de colores revoloteando alrededor tuyo para indicarte el número de combos que tenemos, y todo tipo de efectismos que sin llegar a ser fastuosos o molestos le dan un toque mágico al juego, ese aura de misticismo que necesita el ambiente africano de DKJB, un 10 en este apartado.
El juego no parece muy largo, es un arcade, hay cierta flexibilidad ya que podemos elegir las fases que queramos de las que tendremos desbloqueadas, algo muy de agradecer a la hora de revisitar los reinos en busca de los emblemas de oro y platino de los cuales no tengo ni uno, lo cual significa reto, sobretodo en los reinos más avanzados y esto alarga la vida del juego, si bien, si sois unos viciados que alargan sus sesiones de vicio a más de 3 o 4 horas puede que no os dure mucho, yo con 1 o 2 horitas de vicio voy servido y no he desbloqueado todavía todos los reinos. Las fases son cortas pero lo veo como una ventaja ya que no tendremos que hacer un gran esfuerzo memotécnico para aprenderlas y sacar unas puntuaciones de escandalo, pasandolas además en un corto espacio de tiempo y generando así una sensación de frenetismo y control muy satisfactoria, la interacción es cojonuda, esto no es un Sonic aunque muchas acciones estén ligeramente automatizadas, el agarrarse a un arbusto de una palmada aunque estemos fisicamente lejos se ve apoyado por la simpática actuación de un monito que sale de entre los matojos a hecharnos los brazos, detalle que en mi opinión es brillante y le da una flexibilidad al juego magnífica así como cierta lógica y sentido de la interacción.
Y bien despues de esta masturbación videolúdica os conmino a que probeis el juego, es un regalo en este desolado panorama de secuelas y juegos 0% originales.
PD: Ah un apunte para los que dicen que la música ni fú ni fá, escuchar bien porque la música si es muy buena, con remixes de los temas del DK COuntry y algunas tonadillas disparatadas (la de la mina con mariachis incluidos) que le van al juego como anillo al dedo, y sobretodo el coro de voces africano que sale a veces al grito de hey, al son de los tambores, los pelos como astas de bandera oiga.