Cuando la conocí me sentí bien,
tras años sin sueños volví a soñar.
Cuando nos presentaron,
tras años apagado,
comenzó a latir,
mi helado corazón.
Noté la sangre siendo
bombeada rápidamente
a través de todo mi cuerpo.
Por un instante nos miramos
fijamente.
Mi vida con ella a mi mente llegó,
y millones de momentos que junto
a ella viviría por mi cabeza pasaron.
Pelo de trigo, ojos llorosos,
azules, grandes y hermosos.
Recuerdo cada olor de aquel
instante cuando mi mente
se activó y comenzó a volar.
Más nunca exististe
temo tener que decirme.