El
ThinkPad X1 Fold de Lenovo no es un mero experimento: se trata de una estrategia global definida por Intel para lanzar portátiles con pantallas flexibles de gran tamaño para sustituir al clásico teclado. Así lo confirmó el fabricante de procesadores durante su conferencia en el CES, donde dio a conocer las pautas de la iniciativa Horseshoe Bend.
El prototipo de demostración exhibido por Intel en Las Vegas tiene algunas diferencias con respecto al producto de Lenovo. Es bastante más grande, con una pantalla de 17,3 pulgadas en formato 4:3 que puede emular un teclado o desplegarse totalmente para convertir al equipo en una tableta de grandes dimensiones, mientras que un pie de apoyo en la parte trasera le proporciona unas posibilidades de uso próximas a las de un convertible Surface.
El sistema operativo no será otro que
Windows 10X, una versión adaptada por Microsoft para equipos de doble pantalla o con pantalla flexible que ya fue avanzado a finales del año pasado con Surface Neo.
Para sorpresa de nadie, Horseshoe Bend es un producto con el que Intel no solo quiere animar a la industria a explorar nuevos factores de forma como ya sucedió con
Honeycomb Glacier, sino una exhibición de las capacidades de sus
nuevos chips Tiger Lake. El perfeccionamiento de su arquitectura de 10 nm (solo 9 vatios de TDP) ha permitido a Intel reducir el grosor del prototipo a solo 7 mm, aunque queda por ver qué clase de hardware integra aparte del procesador.
Asumiendo que Horseshoe Bend supere la etapa conceptual y se sumen más fabricantes (Dell también ha presentado durante la feria un prototipo basado en la idea general de Intel), se puede dar por hecho la presencia de gráficos integrados basados en la arquitectura Xe y el soporte para Thunderbolt 4 (cuatro veces más rápido que el estándar USB 3.0) en equipos de gran tamaño pero con unas dimensiones próximas a las de un portátil de 12 pulgadas convencional.
Toma de contacto con el prototipo de CNet.