Los últimos resultados financieros de Intel no solo mostraron
cifras récord y el habitual torrente de beneficios: también la disposición de la firma estadounidense a diversificar su oferta más allá del diseño de procesadores. En puridad no sería la primera vez que lo intenta, puesto que la compañía ya ha tratado de abrirse brecha en industrias ajenas como la telefonía móvil y la realidad aumentada.
En vano. No obstante, su apuesta por la inteligencia artificial parece mucho más prometedora, y de hecho
vaticina avances importantes a corto plazo.
Allá por septiembre de 2017 Intel desveló Loihi, un chip diseñado para labores de computación probabilística, según cree la empresa, uno de los frentes que impulsará la revolución de la inteligencia artificial. En lugar de la clásica combinación de núcleos vista en la gama Core, estos procesadores tratan de emular el funcionamiento de un cerebro real utilizando un
diseño neuromórfico.
Loihi es un chip de muy bajo consumo cuya arquitectura sería comparable a la de una red neuronal basada en hardware. Su funcionamiento está enfocado a la realización de acciones de forma repetida, observando las pequeñas diferencias en el entorno y los procesos para ajustar sus reacciones. En otra palabra, aprendiendo y ajustando sus cálculos para tomar decisiones basándose en patrones y asociaciones de conceptos. Su funcionamiento fue demostrado recientemente con un brazo robot controlado mediante un sistema neuromórfico que era capaz de reaccionar a cambios imprevistos en el peso y la orientación de los objetos manipulados.
Los chips presentados el año pasado tenían un total de 130.000 neuronas de silicio comunicadas por 130 sinapsis plásticas, cuyo funcionamiento puede ser modulado. La hoja de ruta comunicada por Intel, sin embargo, habla ya de sistemas Loihi con más de 100.000 millones de sinapsis, generando máquinas con un número indeterminado de procesadores y una cantidad de sinapsis superior a la del córtex cerebral de un ratón común.
Placa de pruebas para computación neuromórfica. Aunque es tentador decir que Intel prevé lanzar ordenadores con la inteligencia de un roedor para el año que viene, lo cierto es que la inteligencia y el número de sinapsis no son lo mismo. Existe una relación entre ambos conceptos, pero no necesariamente en términos numéricos, y eso es si aceptamos una definición bastante matemática de lo que sería la inteligencia. Con todo, nos encontraríamos ante un importante paso hacia la creación de sistemas de inteligencia artificial tremendamente complejos y dotados con una elevada capacidad de aprendizaje.
La próxima meta en la escala de Intel es llegar a la cantidad de sinapsis presentes en el córtex de una rata común, que tiene alrededor de 500.000 millones. El cerebro humano aún está lejos; según Intel, 9 billones de sinapsis, que es la cantidad más alta que maneja en sus estimaciones, apenas cubriría el 4,5% de nuestro córtex.
Fuente: PCWorld