Corren malos tiempos en Intel, uno de los principales fabricantes de chips del mundo y el responsable de una buena parte de los procesadores que encontramos en los equipos de escritorio, portátiles y servidores. La compañía liderada por Pat Gelsinger ha
presentado un plan de reducción de costes de 10.000 millones de dólares que incluye despedir a más de 15.000 empleados, que representan el 15 % de su plantilla. El anuncio se ha hecho durante la exposición de los
últimos resultados financieros y ahora mismo la acción de Intel cae un 18 %.
El plan de reducción de costes de Intel incluye, además de los despidos, una reducción del gasto en I+D y marketing, una suspensión del dividendo a partir del cuarto trimestre de 2024, una revisión de cada negocio para simplificar la cartera de productos e identificar los de bajo rendimiento, eliminación y consolidación de departamentos y una reducción de los gastos de capital del 20 % entre otras medidas. Lo que no cambiará será la estrategia
IDM 2.0 anunciada en 2021. Esta iniciativa engloba una serie de inversiones consideradas estratégicas para la construcción de fábricas y el desarrollo de procesos.
Como dice el propio Gelsinger en su mensaje, la noticia es "muy dolorosa" de dar y "aún más difícil de leer" para su equipo. El ejecutivo reconoce que Intel vive hoy un día "increíblemente difícil" debido a que el plan anunciado provocará "algunos de los cambios más importantes en la historia de nuestra empresa". En pocas palabras, Intel debe alinear su estructura de costes con su nuevo modelo operativo y cambiar la forma en la que hace las cosas. Si tenemos en cuenta que la compañía tiene más de 120.300 empleados en nómina, una reducción del 15 % supone despedir a cerca de 19.000 personas.
"Nuestros ingresos no han crecido como esperábamos y aún no nos hemos beneficiado plenamente de tendencias tan poderosas como la IA", dice Gelsinger. "Nuestros costes son demasiado altos y nuestros márgenes demasiado bajos". El ejecutivo afirma que estas medidas son necesarias, especialmente teniendo en cuenta los resultados financieros y las perspectivas poco alentadoras (y peores de lo previsto) para segundo semestre de 2024.
Intel básicamente pierde una gran cantidad de dinero en su negocio de fabricación de chips debido a su fuerte inversión en nuevas fábricas y la litografía ultravioleta extrema (UVE), pero las ventas de productos son más o menos estables y el negocio de servidores y ordenadores es rentable. El problema es que durante los dos últimos años la compañía ha presentado unos beneficios exiguos y ahora ha registrado una pérdida de 1.610 millones de dólares, cuando hace un año ganó 1.481 millones de dólares. Además, Intel ha perdido a grandes clientes incluyendo a Apple y otros como Microsoft han echado el ojo a los chips ARM de Qualcomm.