Intel ha publicado los resultados económicos correspondientes al cuarto trimestre de 2018 y todo el ejercicio anual. El resultado es positivo, aunque con matices. Durante todo el año pasado Intel rompió un nuevo récord de ingresos al registrar de algo más de 70.000 millones de dólares, pero los datos correspondientes a los últimos tres meses no cumplieron las expectativas de los analistas, lo que ha se ha dejado notar puntualmente en el valor de las acciones. Asimismo, la compañía ha reducido sus previsiones para 2019.
El problema de Intel es uno que ya querrían para sí mismas muchas empresas: la compañía domina gran parte de la industria informática, hasta el punto de que solo puede seguir creciendo si la segunda también crece.
Las perspectivas económicas no ayudan, como tampoco la entrada de una
competencia que hasta ahora tenía una presencia marginal en algunos segmentos críticos como el del hardware para servidores.
Los ingresos anuales de Intel representan un alza de 13 %, mientras que los trimestrales fueron de 18.700 millones de dólares, lo que supone un incremento del 9 % con respecto al mismo periodo del año anterior. Una vez descontados gastos e impuestos, Intel obtuvo 21.100 millones de dólares en beneficios durante todo 2018.
Si se analizan las cifras del último trimestre por divisiones, la venta de procesadores para portátiles descendió un 10 %, mientras que los ordenadores de sobremesa bajaron un 7 %, aunque como señala
Tom's Hardware, esta caída fue amortiguada por un aumento medio de precios del 11 %. Las cosas le fueron mejor en el mercado de los servidores, cuyas ventas por volumen aumentaron un 7 %, acompañadas por un alza en los precios del 7 %. Unos datos positivos y que sin embargo no llegaron a cumplir las expectativas iniciales.
La revisión de las cifras de crecimiento para 2019 está motivada por el enfriamiento del mercado de los servidores. Según Intel, los clientes chinos hicieron acopio durante 2018 en previsión de una guerra comercial con Estados Unidos, lo que afectará a los datos del próximo ejercicio. Tampoco ayudará mucho el
acelerado descenso en los precios de la memoria, que han dejado la rentabilidad anual del Nonvolatile Storage Group (responsable de unidades las SSD y
Optane) al mínimo.
Según señala Intel, 2019 será un año sin grandes movimientos en lo económico. Su crecimiento se verá frenado por "nuevas fuentes de competencia" y "una demanda o aceptación incierta" de sus productos, por lo que su crecimiento en "nuevas áreas" y "productos adyacentes" podría no ser tan elevado como se esperaba al principio.
Fuente: Intel