Cuando Intel presentó
Thunderbolt 3 hace aproximadamente un par de años, el fabricante de procesadores proclamó no sin razón que era
el superpuerto que lo hacía todo. Mucho más rápido que otras alternativas, Thunderbolt 3 podía haber supuesto la auténtica revolución prometida tiempo atrás con el lanzamiento de esta tecnología al adoptar el diseño de conector USB-C, pero lo cierto es que su aceptación ha sido limitada fuera del
ecosistema de Apple y de algunos
equipos de
gama alta. Esto podría estar a punto de cambiar.
Consciente de que Thunderbolt 3 no va a aumentar su popularidad ni en un año ni en diez si no hay cambios importantes en las políticas que atañen a su adopción por parte de los fabricantes, Intel ha anunciado que ofrecerá la especificación Thunderbolt bajo una licencia no exclusiva y libre de
royalties, haciendo posible la integración de esta tecnología por parte de un mayor número de compañías. Esto también debería incluir firmas rivales como AMD.
El auténtico desafío para Intel será ahora convencer a fabricantes de ordenadores, tabletas, teléfonos, tarjetas gráficas, procesadores y hasta drones de que realmente merece la pena adoptar el puerto Thunderbolt 3 en lugar del mucho más extendido y mecánicamente idéntico USB-C 3.1, que en su revisión Gen 2 alcanza unos muy respetables (aunque menos raudos) 10 Gbps frente a los 40 Gbps brindados por Thunderbolt 3.
Es la pescadilla que se muerde la cola. Sin un gran número de periféricos en el mercado no hay masa crítica para que los fabricantes de sistemas apoyen la difusión de Thunderbolt 3, y sin más equipos tampoco va a haber más periféricos. Alguien deberá romper este círculo vicioso, e Intel espera con su nueva política hacer más atractiva esta tecnología. A su favor, la posibilidad de conectar un monitor 5K o hasta dos pantallas 4K a través de un único puerto, brindando además compatibilidad con los estándares DisplayPort, PCI Express y USB.
Fuente: Intel