Que Intel está haciendo un énfasis creciente en el mercado de los videojuegos es un hecho incontestable. La crema de sus
nuevos Comet Lake es directamente publicitada como la mejor oferta de procesadores para equipos
gaming, y eso por no mencionar la futura evolución de la
arquitectura gráfica Xe, que debería depararnos tarjetas gráficas hechas y derechas tras un primer y más tímido lanzamiento en forma de GPU integradas y para centros de datos. Ahora, esta estrategia sigue definiéndose con la inclusión de sistemas de red de baja latencia.
Con ese propósito Intel ha anunciado la compra de Rivet Networks, una compañía más conocida por su gama de productos de red
Killer Networking. Estos productos están formados por chips, controladores y programas de gestión gracias a los cuales es posible monitorizar y priorizar el tráfico de red, minimizando la latencia e incluso multiplicando el ancho de banda al poder aunar conexiones Wi-Fi y Ethernet.
Killer Networking es una marca bastante popular en equipos portátiles gaming de numerosas marcas, tal es el caso de Acer, Alienware, MSI o Razer, pero también en algunos ordenadores de sobremesa. Su mayor beneficio es el filtrado y la derivación del tráfico, pudiendo por ejemplo derivar las descargas de BitTorrent y las actualizaciones de software al módulo Wi-Fi del equipo mientras que se reserva el puerto Ethernet únicamente para juegos o streaming.
Por ahora Killer seguirá ofreciendo sus tecnologías de forma independiente, pero hacia finales de año también serán integradas en la gama de productos de Intel. Lo que no está nada claro es si los fabricantes de ordenadores podrán seguir integrando tarjetas y módulos Killer en equipos con procesadores AMD. "Es probablemente demasiado pronto para hacer comentarios al respecto", ha señalado el responsable del grupo Client Computing de Intel a la revista
PC World.
Uno de los módulos Wi-Fi de Killer para portátiles, concretamente un modelo codesarrollado con Intel para sus equipos. La historia de Rivet Networks ha estado llena de giros y sorpresas. La compañía nació como una
startup hace unos 15 años bajo el nombre Bigfoot Networks, y logró hacerse un pequeño hueco en el mercado de los equipos de sobremesa con sus tarjetas de red, muy superiores a las integradas en placa. Allá por 2011 fue adquirida por Qualcomm, solo para separarse de ella unos años después ya con su nombre actual.
Fuente: Intel