Una cosa es una herramienta, la que sea; y otra el uso que se le pueda dar.
El científico Wernher Von Braun dijo “La ciencia no tiene una dimensión moral. Es como un cuchillo. Si se lo dan a un cirujano o a un asesino, cada uno de ellos lo utilizará de manera diferente”.
En relación con la Inteligencia Artificial, la cuestión es cómo funcionan los algoritmos, qué propósitos declarados u ocultos tienen, y qué se persigue con su uso. Hay autores como Éric Sadin que hablan de "Soft-totalitarismo" y advierten de que la digitalización de la sociedad no se hace por el bien de la población, a la que ni siquiera se le pide su consentimiento, sino para incrementar la eficiencia económica de las grandes empresas.
Por ejemplo, cuando se intenta imponer un modelo digital de enseñanza en primaria y secundaria, a base de tablets y "dispositivos inteligentes" ¿Acaso se ha hecho una votación, se le ha pedido opinión a la población? No. Se impone directamente, porque es el interés de la gran empresa el que se quiere satisfacer y no el de la ciudadanía.