Muy decepcionado con los zurdos del forito, que tenga yo que abrir el hilo
El Ministerio del Interior pactó con el delincuente Enrique Olivares el pago de 50.000 euros de fondos reservados por secuestrar en octubre de 2013 a la familia Bárcenas y recuperar tres pendrives con información sensible del Partido Popular. Según había informado el chófer Sergio Ríos, los soportes informáticos los guardaba el ex tesorero en su domicilio de la calle Príncipe de Vergara de Madrid.
El sicario, contratado por la propia Policía, accedió a la vivienda de Bárcenas la tarde del 23 de octubre de 2013 sobre las 15,45 horas, cuando la familia comía en la cocina. El mercenario iba vestido de sacerdote con traje negro y alzacuellos (clairman), disfraz con el que engañó al portero de la finca y, poco después, a la trabajadora doméstica, la dominicana Victoria Feliz de la Cruz.
Saltaba a la vista que el delincuente común sobornado por la Policía había sido aleccionado. Por eso le espetó a los secuestrados: “Quiero la información que tienen para derribar a este Gobierno y su presidente”. El delincuente mentía porque el fin último del operativo era privar a los jueces de la Audiencia Nacional de la documentación de Bárcenas, como ha venido informando OKDIARIO, en exclusiva, en el ya conocido como “caso de los fondos reservados”.
La narrativa de la noticia por el digital de don Eduardo Inda es trepidante, pero especial interés merece que Willy Bárcenas fuera quien logró reducir al mercenario a las ordenes de (....?) , este párrafo es cremita:
El hijo de Bárcenas logró reducir al secuestrador
La asistenta, de origen dominicano, tras el secuestro, declaró al juez que el falso emisario de Instituciones Penitenciarias la amenazó apuntándole con el revólver: “Usted es de Santo Domingo, así que ya sabe qué es lo que va a pasar aquí”, dejando entrever un desenlace violento.
Pero cuando Olivares se disponía a cumplir su amenaza, en un descuido, el hijo de Bárcenas –el cantante y fundador del grupo Taburete– se libró de las bridas y se lanzó contra el sicario policial consiguiendo derribarlo. Del empujón el revólver cayó al suelo, momento que también aprovechó la asistenta para retirar el arma. Llamó a gritos a la Policía desde el balcón que da a la calle Príncipe de Vergara y salió corriendo de la vivienda hacia la cafetería Perfil 34, donde dejó el revólver. Otra vecina que escuchó las voces también avisó a la fuerzas del orden.
Para finalizar
Los captores y controladores policiales del delincuente, en cambio, se encargaron de propagar el bulo de que el secuestrador era un tipo desequilibrado e inadaptado que lo único que perseguía era hacerle daño al PP. Cinco años después, OKDIARIO desvela que todo fue una farsa y que el delincuente Enrique Olivares era un pieza más del engranaje del operativo policial para recuperar los papeles de Bárcenas.
https://okdiario.com/investigacion/2018 ... as-3446834