A través de su compañía espacial SpaceX, Elon Musk está dispuesto a afrontar un nuevo desafío que hasta ahora nadie había conseguido. Musk se
ha embarcado en la titánica tarea de poner en órbita más de 4.000 satélites para cubrir la Tierra y ofrecer Internet de alta velocidad al planeta entero.
En esta singular misión participará Google en calidad de socio, con una inversión de 1.000 millones de dólares. Musk, que ya ha solicitado permiso a las autoridades estadounidenses para iniciar la primera fase del despliegue, espera poner en marcha cuanto antes su propuesta para operar una red masiva de 4.425 satélites que proporcionarían cobertura global a Internet de alta velocidad (hasta 1 Gbps).
Los
documentos presentados el pasado martes a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) proponen un lanzamiento inicial de 800 satélites para crear un conjunto de comunicaciones digitales en órbita que cubrirían en primer lugar todo Estados Unidos, incluyendo Puerto Rico y las Islas Vírgenes de Estados Unidos. Según se explica en los documentos:
El sistema está diseñado para proporcionar una amplia gama de servicios de banda ancha y comunicaciones para usuarios residenciales, comerciales, institucionales, gubernamentales y profesionales en todo el mundo.
En esencia, dicho sistema proporcionaría una alternativa espacial al cable, la fibra óptica y cualquier otro acceso terrestre a Internet actualmente disponible. La compañía de Musk no es la primera en proponer una idea parecida; de hecho, Boeing está desarrollando redes similares a menor escala y Facebook, a través de su iniciativa Facebook.org, trataba de hacer algo parecido. Ironías del destino, el 1 de septiembre el proyecto de Zuckerberg se fue al traste tras la explosión de un cohete de SpaceX que destruyó el satélite de comunicaciones de Facebook.
Cada uno de los satélites propuestos por SpaceX (sin sus paneles solares extendidos) tiene un tamaño aproximado al de un coche (unos 4 metros de largo) y un peso de 386 kg. Además los satélites orbitarían a una altura de entre 1.150 y 1.325 kilómetros sobre la Tierra (muy por encima de la ISS) y su vida útil sería de entre 5 y 7 años.
Musk explicó en enero del 2015 que el plan inicial costaría alrededor de 10.000 millones de dólares. Ahora queda esperar para saber si las autoridades dan luz verde a este ambicioso proyecto.
Fuente: The Guardian