Je

Cuando por fin despegó sus manos de mi cara y me miró, tan de cerca que pude ver cada matiz de color de su iris… me faltó la respiración y me sentí totalmente desbordado. Sonrió. Sin liberar mis ojos de su mirada, se alejó poco a poco. Su respiración me rozó los labios.

¿Y cómo describir esa constelación de emociones simultáneas? Enmudecí y esbocé una sonrisa que sentí reflejarse en sus pupilas. Su nariz rozó la mía. Su frente tocó la mía. De nuevo su aliento acarició mi rostro.

Cerré los ojos y sentí cada célula de mi piel excitada con la proximidad de la suya. Continuó su lento movimiento hacia abajo y yo apenas alcancé a rodearla con mis brazos. Su cuerpo tibio, desnudo, suave, ligeramente humedecido por el sudor estaba bajo mi protección.

Sé que cuando finalmente posó sus manos en mi pecho antes de reposar su cabeza en él, la cima del mundo me parecía estar muy por debajo de mis pies, el cielo era apenas una etapa dejada atrás y todo lo demás era nada pues sólo me quedaba a la vista el futuro regado de sonrisas y alegrías, floreciendo de risas y besos, perfumado de caricias y dulces anécdotas.

Besé su cabeza tratando de transmitirle todo esto con aquel contacto. No sé cuánto llegó a recibir, pero sus manos se movieron suavemente apretando durante una fracción de segundo mi pecho y pude oír esa dulce y breve risa que tan especial la hace y con la que me dice que es feliz conmigo.

- Je.
Compasión por los que valoran la riqueza mediante ceros.
Sin duda, el mayor tesoro.
No está nada mal. Lo que mas me ha gustado ha sido concretamente la expresión de

la cima del mundo me parecía estar muy por debajo de mis pies,


Sigue así ;)
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