Es lo más viejo del mundo: a las mujeres (a muchas, al menos) les encanta hacerse de rogar, sentirse deseadas, ser el centro de atención de un tío. Probablemente ese sea el mayor atractivo de un ligue para ellas, más aún que el "afecto/amor/interés físico o económico" que puedan sacar después, si la relación llega a algo.
Y por ello, prolongan lo indecible (en muchos casos) esa etapa, la de tener al tío babeando por ella pero sin dejarle "entrar a matar", como quien dice.
Ahora bien, si antes de que ellas se hayan decidido a "levantar la barrera" al tío (o hayan perdido el interés en seguir jugando con él) llega otra tía y se enrolla con
su objetivo, entran en modo
deathmatch
![metralleta ratataaaa](/images/smilies/nuevos2/flamethrower.gif)
: hay que ganarse el interés del chaval frente a la otra rival.
Lo que pasa es que inocentemente
![angelito [angelito]](/images/smilies/nuevos/angelito.gif)
, los tíos que están en medio, piensan que se trata de que la tía que antes pasaba de ellos ahora le encuentra más atractivo. Nada de eso, lo que está pasando es una guerra de egos entre las dos tías, que igual se podrían estar peleando por un periódico viejo, si la que lo vió primero lo considera
su periódico. Las mujeres son ultracompetitivas entre sí, en casi todos los aspectos. Pero no podemos vivir sin ellas...