Me da la impresión de que no sois conscientes de que estáis comparando ciclistas con tenistas. Os recomiendo encarecidamente que seáis prudentes con ciertos tipos de analogías que, sencillamente, no se sostienen y dañan la vista al leer. Es como poner en el mismo saco a Nietzsche y Dickens, los dos escribieron libros, sí, pero con con finalidades y formas muy distintas.
Recordad que la música en el cine es un complemento a la imagen y no tiene razón de ser por sí misma, ya que debe amoldarse a la situación; de hecho a menudo sin ella no se sostiene porque carece de estructura propia que permita un desarrollo. Las formas clásicas ( y con "clásicas" me refiero a la música culta en general, ya que en realidad el Clasicismo es un periodo extremadamente corto que apenas abarca desde 1750 con la muerte de Bach y el nacimiento del estilo galante a 1800 y poco con las nuevas formas de Beethoven ) se rigen por ciertas normas compositivas, al menos hasta el desastre y la voladura controlada de mediados del siglo XX con el atonalismo y el serialismo. Es de lo más interesante echar mano de una buena Guía de Audición antes de afrontar un escucha de, por ejemplo, una Misa o una Sinfonía, para identificar correctamente las secuencias; en el caso de la sinfonía tradicional sería forma-sonata con primer movimiento ( primer tema, segundo tema, exposición y desarrollo y retorno ), Adagio, Minuetto o Scherzo y Allegro.
Por otro lado pensad que los pocos compositores de cine que se han atrevido a dar el salto a las salas de concierto ( Korngod, Rota,... ) han obtenido por lo general muy mal recibimiento y jamás han sido tomados demasiado en serio por los aficionados que tenemos cierto grado de conocimiento.
En fin, no quiero dar la paliza. Solo comentaré como ya he hecho en alguna ocasión que por mucho cariño que se le pueda tener al señor Williams, y yo por edad se lo tengo porque forma parte de mi vida como aficionado, no es alguien especialmente relevante desde el punto de vista estrictamente "académico". Con él las películas son muchísimo mejores, quien podría negar la evidencia, pero ni es un innovador ( al contrario, se sirve en exceso de muchos referentes y en más de una ocasión los toma "prestados" ), ni un tipo valiente como Goldsmith capaz de meter música vanguardista y dodecafónica en pantalla ya en los años 60's, ni un creador de melodías nato como Barry o Morricone, ni un estudioso como Rózsa capaz de encerrarse a leer los manuscritos de Alfonso X El Sabio y adaptar su música cuando el HIP ( Historical Informed Performance ) y el culto a la música antigua empezaba a nacer. Los suyo son a menudo fanfarrias facilonas y, eso sí, pegadizas. Tampoco se trata de quietarle mérito: hay que se muy inteligente y tener mucho talento para hacer lo que hace, faltaría más, pero si no hubiera existido la música para el cine hubiera seguido el mismo camino, solo que menos inspirado y por supuesto con menos momentos inolvidables.
En fin, digo esto sin ánimo de ofender. Como ya digo, le tengo tanto cariño como cualquiera, pero lo que no es, no es. Fuera de la pantalla no tiene el menor recorrido.
EDIT.- Un apunte cinéfilo: ¿ sabéis quien es considerado el creado de la primera banda sonora para cine ?. Pues ni más ni menos que el gran Saint Saëns. Curioso, cuanto menos, ya que el camino inverso del que hablaba arriba, de las salas de concierto al cine, sí que cuenta con ilustres nombres, desde Prokofiev hasta Shostakovitch.