Nosotros no nos vamos a oponer nunca a opciones previas que sean razonables pero ¡hombre! meternos una sección para Pío XII, otra para Marcelo Celayeta, otra para la Avda. del Ejército... ¡Hala, venga hormigón! ¡Cuatro millones! ¡Oiga, un poco de sensatez, hombre, un poco de sensatez!
Mire, señor Cuenca, las utopías, esas que a Ud. le gustan tanto, ¿sabe a qué han conducido? A la URSS, a la Unión Soviética, a Siberia, a los campos de concentración, a 20 millones de muertos... Sí, sí, sus utopías. Sí, las suyas. A eso conduce la utopía. Luego llegan unos talibanes y todas esas utopías las convierten en férreas realidades y, claro, construyen la URSS; construyen Corea del Norte, que supongo que le encantará, uno de los países más auténticamente comunistas y colectivistas que existen, con ese Chim pon chi –o como se llame–, que es el que dicta todo lo que se hace allí; conduce a Cuba y conduce a más recientemente a Venezuela. La utopía de la ultra-izquierda suya: URSS, Corea, Cuba y Venezuela, lugares a los que nadie quiere ir, ni quiere estar; lugares de los que se ha huido y lugares que han provocado millones, ¡millones! de muertos, sus utopías.
Pero, bueno, de todas formas en su intervención le he visto muy moderado. Creo que a estas horas ya sabe que no va a hacer los carriles, los 4 millones ¿no? Se habrá dado cuenta... En fin.
Muchas gracias.