Lo que quiero ahora es morir. Salir de aquí. Dejarlo todo. Acabar con mi vida. ¿Qué vida? Yo no tengo vida.
Paso los días llorando, encerrada en mi habitación, sin salir, jamás.
Todos los amigos que algún día tuve, se han dio esfumando, me han ido dejando, abandonando, por mis mentiras. Porque jamás quise estar con nadie, porque nadie me da lo que necesito. Maldita sea, no sé lo que necesito, ¿cómo puedo pedirle a alguien que me lo de?
Quiero a mi novio. Le quiero. No es suficiente. No me imagino sin él, pero con el tampoco. Le haré daño, sé que le haré daño. Se lo hago a todo el mundo, pero yo no quiero hacerlo, sólo quiero ser feliz y que todos lo sean conmigo. Intento hacer feliz a la gente pero yo no lo soy y sólo consigo hacerles llegar un paquete lleno de dolor en vez de lleno de sonrisas. Regalo el más amargo dolor, el dolor de sufrir por alguien que quieres, por mi y yo sufro por ellos.
Se que hago mal, se solucionarlo, se que debo hacer para poder sonreír y que todos sonrían también, pero no me atrevo a hacerlo. ¿Por qué? No lo sé. ¿Cobardía? No lo creo. Ha y algo en mi que no me deja.
Solo quiero desparecer, estar sola. Quiero que nadie piense en mí, que nadie se preocupe de mí, no quiero tener familia a pesar de que ellos me quieren y me tratan bien. Es eso. Quiero salir de todas esas cabezas. Como si nunca hubiera existido para ellos.
Sólo quiero existir para él, ser feliz con él, no hacerle daño jamás.
Él no me lo pone fácil, no quiere irse conmigo y yo quiero que venga,
Me quiero ir de aquí. Lejos de esta casa se que seré feliz. Pero no quiero llamadas cada noche o cada dos días preguntándome si he comido o lavado la ropa. ¡No quiero una familia! Sólo quiero estar con él y darle mi vida que desde hace tres años ya es suya.
Quiero que me ame y amarle siempre. Se que le amaré, estoy segura.
Estoy harta de jugar con la gente y harta de manejar a todo el mundo para lograr mis objetivos. Tengo un extraño y horrible don.
Tú que me quieres, mátame, déjame morir. Échame de tu vida sin dejarme ni un resquicio de esperanza de que algún día pudieras volver a ser mío.
Es la forma de matarme. Separa mi cuerpo de mi alma y mátala a ella, yo moriré también.
Mátame tu que puedes, tu que luchas por hacerme feliz.
Me he vuelto loca. Me doy miedo.
