[JUEGO] La Novela EOLiana. (+18)

Carmatrix está baneado por "Clones no, gracias"
Buenas, vengo a plantear un juego sencillo pero muy divertido a mi parecer: Yo empiezo una historia. Escribo unos cuantos parrafos. El siguiente, continua con unos párrafos más, y así consecutivamente. Lo que se vaya posteando, lo iré recopilando en el primer post, para crear así una... ¡Novela EOLIANA! [babas]

EOLIANOS QUE HAN COLABORADO: narko.0, Gaucho93, Gasolina, icq, Carmatrix

Agradecería que no se cometieran faltas de ortografía >_<.

Empiezo yo:

Cuando el alba asomó por la ventana de mi habitación, desperté de pronto, como si me hubieran pinchado con algún objeto afilado. Estuve unos instantes postrado en la cama, intentando recordar la terrible pesadilla que había sufrido esa noche, sin éxito alguno. Fué entonces cuando me fijé en que la cama estaba húmeda y empapada; creía que era sudor, mas al acercar mi cara al colchón el hedor de la orina abofeteó mi rosto: Me había meado encima.

Me levanté de la cama y maldecí por lo bajo. Arranqué las sábanas de un tirón, y me dispuse a bajar al salón, para tomar el desayuno. Cuando pasé por la ventana del replano, la ví. Era Marta, de camino al instituto. Siempre estuve loco por esa chica, desde el primer día que nos conocimos cuando apenas éramos unos críos. De pronto me avergoncé de mi Eneuresis. ¿Qué pensaría ella si descubría que con 14 años recién cumplidos me seguía meando en la cama?...

Me vió, y me saludó con una desgana que me hirió. Pensé que tampoco era tan perfecta, en un vano intento por autoconvencerme. Continué andando hacia la cocina, donde metí las sábanas en la lavadora. La programé para un lavado rápido, me vestí y ordené mis apuntes para partir hacia el instituto, sin desayunar, desolado por la perspectiva de un nuevo día marcado por el aburrimiento y la rutina.

Mochila al hombro y con una falsa sonrisa en los labios mientras miraba al cielo y mis parpados caían comencé a caminar. Con el paso lento y difuso que me ofrecían mis piernas cansadas veía como poco a poco el edificio de obra vista ruinoso en el que daba clases se alzaba ante mi a cada paso.

Un dolor punzante en la boca del estomago desfiguraba mi cara creando una mueca de dolor cada 3 o 4 pasos. Me daba la sensación querer devorarse a el mismo. El dolor crecía pensando en que si mamá siguiera aquí no me habría faltado un buen bol de cereales y un vaso de cola-cao cuando despertara. Pero ella ya no estaba, y no volvería.

Ahora estaba de pie, inmóvil, ausente. Ese maldito instituto era realmente enorme, no en vano había sido la morada de un feudo medieval en el pasado, lastima que la suerte de su anterior inquilino no se fuera a dar jamás en uno de sus nuevos moradores.

Otro dia más a aguantar a los abusones de turno, otro dia más a aguantar a los profesores pesados, otro dia más... Bueno, por lo menos, es otro día más.

Las clases se hicieron infinitas, y cuando salí del ruinoso instituto, de camino a casa, al cruzar una esquina, un bonito perro perdido (o abandonado) se cruzo conmigo, y me siguió. Al ver que me seguía, me agache y lo acaricie. El perro me lamió la mano y decidí llevarlo a casa. Fue al cogerlo en brazos, y es chica tan especial para mí, Marta, se acercó y me dijo:

-Ese perro tan bonito es tuyo

Y conteste un poco sonrojado

-Bueno, me lo acabo de encontrar, y parace que no tienen dueño y me lo voy a llevar a casa.

Fue soltarlo en el suelo y marta se agachó para cogerlo, y al agacharse, no pude evitar ver lo que habia debajo de su falda, ella al ver que la miraba muy fijamente, me dijo:

Por fin había conseguido entablar una conversación con ella!!! Desde luego, este perro me había traído suerte.

Caminábamos los dos juntos charlando sobre los hechos destacables que habían ocurrido hoy en clase: algún cotilleo, castigo para el matón de siempre, alguna salida de tono de cierto profesor, la dificultad reciente de los exámenes... La verdad es que a cada palabra que salía de esa boca preciosa, acompañada de la expresión de aquellos ojazos verdes hacía que yo me quedara embobado. Me sentía como en una nube, parecía que el mundo se reducía a las baldosas de la calle que ocupábamos ella, mi nueva mascota y yo. ¿Qué estaría sintiendo ella en ese momento? Espero que no se haya molestado por haberme quedado mirando fijamente a su falda...O mejor dicho, lo que había debajo de ella. La verdad es que debería estar acostumbrada a que la miren. Una chica tan guapa, simpática, inteligente...

Mis pensamientos se entrecortaron por aquel pinchazo que me despertó esta misma mañana...

Entonces fue cuando ella me besó y me dijo:
-Mañana nos vemos, ahora tengo que ir a mi casa, tengo mucho que estudiar.

Me quedé parado mientras veía como se marchaba, me quedé impresionado: ¿Cómo podia aquella chica haberme besado a mí, a quien nunca había conocido bien?

Llegué a casa y preparé la comida, ya que papá no estaba en casa - se pasa el día fuera trabajando - y después de comer me eché en mi cama a pensar sobre lo que había pasado, cuando sonó el teléfono.

Era ella, me dijo que si tenía algo que hacer dentro de una hora, que si me apetecía salir a dar una vuelta.

Lo cierto es que no tenía nada que hacer dentro de una hora. Me apetecía mucho quedar con ella. Me apetecía volver a ver esos ojos, oler ese perfume, oír esa voz tan preciosa... Pero el dolor de aquella mañana seguía ahí, y me hacía dudar...

Acepté. Sí, ¿por qué no? No era más que un dolor fruto del cansancio que una vez que me echara una siesta se pasaría. Y aún me quedaba una hora por delante. Está bien. Pasaría a recogerla por su casa, a 10 minutos de donde yo vivía.

Al colgar, la alegría me embargaba. ¡Estaba tan nervioso! ¿Qué me pondría? ¿A dónde iríamos? Wow, qué bien besa!! Toda esta vorágine de pensamientos se detuvieron con el dolor. Así que era el momento de echarme a dormir un rato. Ya habría tiempo después para solucionar todos estos interrogantes.

Tuve un sueño turbulento. La pesadilla de anoche volvió a azotarme, y me levanté de nuevo fruto de un repentino dolor en el costado. Era exactamente la misma sensación que tuve por la mañana, sin embargo, no conseguí recordar nada de aquel sueño. Apenas unas sombras y un grito glacial.

Bajé hacia el salon. Durante un instante, estuve tentado de llamar a mi madre, mas enseguida recordé que ella jamás podría escucharme. Con este pensamiento en mente, me metí en la ducha, y estuve pensativo, pensando exclusivamente en la visión de aquel mediodía: Debajo de la falda de Marta. Sentí una extraña excitación en el Pubis que jamás había experimentado.

Apenas faltaban cinco minutos para mi encuentro con Marta. Me vestí torpemente, y me largué de aquella casa, dispuesto a recorrer la aventura mas grande de mi vida.
FiNi está baneado por "Crearse clones para trollear"
Creo que ya había un hilo de esto ;-)
Si es una novela ya hay un foro de literatura.
Mochila al hombro y con una falsa sonrisa en los labios mientras miraba al cielo y mis parpados caían comencé a caminar. Con el paso lento y difuso que me ofrecían mis piernas cansadas veía como poco a poco el edificio de obra vista ruinoso en el que daba clases se alzaba ante mi a cada paso.

Un dolor punzante en la boca del estomago desfiguraba mi cara creando una mueca de dolor cada 3 o 4 pasos. Me daba la sensación querer devorarse a el mismo. El dolor crecía pensando en que si mamá siguiera aquí no me habría faltado un buen bol de cereales y un vaso de cola-cao cuando despertara. Pero ella ya no estaba, y no volvería.

Ahora estaba de pie, inmóvil, ausente. Ese maldito instituto era realmente enorme, no en vano había sido la morada de un feudo medieval en el pasado, lastima que la suerte de su anterior inquilino no se fuera a dar jamás en uno de sus nuevos moradores.

Otro dia más a aguantar a los abusones de turno, otro dia más a aguantar a los profesores pesados, otro dia más... Bueno, por lo menos, es otro día más.
Me habria gustado que este hilo siguiese...
pues lo continuo yo ^^


Las clases se hicieron infinitas, y cuando salí del ruinoso instituto, de camino a casa, al cruzar una esquina, un bonito perro perdido (o abandonado) se cruzo conmigo, y me siguió. Al ver que me seguía, me agache y lo acaricie. El perro me lamió la mano y decidí llevarlo a casa. Fue al cogerlo en brazos, y es chica tan especial para mí, Marta, se acercó y me dijo:

-Ese perro tan bonito es tuyo

Y conteste un poco sonrojado

-Bueno, me lo acabo de encontrar, y parace que no tienen dueño y me lo voy a llevar a casa.

Fue soltarlo en el suelo y marta se agachó para cogerlo, y al agacharse, no pude evitar ver lo que habia debajo de su falda, ella al ver que la miraba muy fijamente, me dijo:


Espero que no se abandone ^^
Por fin había conseguido entablar una conversación con ella!!! Desde luego, este perro me había traído suerte.

Caminábamos los dos juntos charlando sobre los hechos destacables que habían ocurrido hoy en clase: algún cotilleo, castigo para el matón de siempre, alguna salida de tono de cierto profesor, la dificultad reciente de los exámenes... La verdad es que a cada palabra que salía de esa boca preciosa, acompañada de la expresión de aquellos ojazos verdes hacía que yo me quedara embobado. Me sentía como en una nube, parecía que el mundo se reducía a las baldosas de la calle que ocupábamos ella, mi nueva mascota y yo. ¿Qué estaría sintiendo ella en ese momento? Espero que no se haya molestado por haberme quedado mirando fijamente a su falda...O mejor dicho, lo que había debajo de ella. La verdad es que debería estar acostumbrada a que la miren. Una chica tan guapa, simpática, inteligente...

Mis pensamientos se entrecortaron por aquel pinchazo que me despertó esta misma mañana...


Off-Topic: ¿Esto no debería ir en el subforo de literatura? Es que me parece que ya había uno parecido :) Pero me gusta la idea [oki]
Se puede repetir o no?
Entonces fue cuando ella me besó y me dijo:
-Mañana nos vemos, ahora tengo que ir a mi casa, tengo mucho que estudiar.

Me quedé parado mientras veía como se marchaba, me quedé impresionado: ¿Cómo podia aquella chica haberme besado a mí, a quien nunca había conocido bien?

Llegué a casa y preparé la comida, ya que papá no estaba en casa - se pasa el día fuera trabajando - y después de comer me eché en mi cama a pensar sobre lo que había pasado, cuando sonó el teléfono.

Era ella, me dijo que si tenía algo que hacer dentro de una hora, que si me apetecía salir a dar una vuelta.
Lo cierto es que no tenía nada que hacer dentro de una hora. Me apetecía mucho quedar con ella. Me apetecía volver a ver esos ojos, oler ese perfume, oír esa voz tan preciosa... Pero el dolor de aquella mañana seguía ahí, y me hacía dudar...

Acepté. Sí, ¿por qué no? No era más que un dolor fruto del cansancio que una vez que me echara una siesta se pasaría. Y aún me quedaba una hora por delante. Está bien. Pasaría a recogerla por su casa, a 10 minutos de donde yo vivía.

Al colgar, la alegría me embargaba. ¡Estaba tan nervioso! ¿Qué me pondría? ¿A dónde iríamos? Wow, qué bien besa!! Toda esta vorágine de pensamientos se detuvieron con el dolor. Así que era el momento de echarme a dormir un rato. Ya habría tiempo después para solucionar todos estos interrogantes
Carmatrix está baneado por "Clones no, gracias"
Tuve un sueño turbulento. La pesadilla de anoche volvió a azotarme, y me levanté de nuevo fruto de un repentino dolor en el costado. Era exactamente la misma sensación que tuve por la mañana, sin embargo, no conseguí recordar nada de aquel sueño. Apenas unas sombras y un grito glacial.

Bajé hacia el salon. Durante un instante, estuve tentado de llamar a mi madre, mas enseguida recordé que ella jamás podría escucharme. Con este pensamiento en mente, me metí en la ducha, y estuve pensativo, pensando exclusivamente en la visión de aquel mediodía: Debajo de la falda de Marta. Sentí una extraña excitación en el Pubis que jamás había experimentado.

Apenas faltaban cinco minutos para mi encuentro con Marta. Me vestí torpemente, y me largué de aquella casa, dispuesto a recorrer la aventura mas grande de mi vida.
Sentía como si alguien hubiese introducido hábilmente su mano entre mis costillas, y tratase de arrancarme el corazón. Pero no era momento de quejarse, ahora no, llevaba mucho tiempo esperando este momento, y nada ni nadie iba a impedir que disfrutase cada minuto, cada segundo con ella.

Cruzé la esquina y divise su casa, por lo que aligeré el paso, no veía el momento de encontrarme con ella. Podía sentir los latidos de mi corazón cabalgando cada vez más inquietos, y una fría gota de sudor caía por mi frente. Tenía que controlar mis nervios, olvidar el dolor, no podía estropearlo, esta vez no.

Finalmente, llegue a su casa.Y allí estaba yo, observando la puerta mientras tocaba el timbre. Una sensación de tranquilidad invadió mi cuerpo, como si ya supiese de antemano que lo que iba a ocurrir ese día cambiaría mi vida por completo.Y no solo la mía....
CARMATRIX donde gaucho dice lo de que se quedó mirando la falda, quita lo de: y me dijo:

que ahi no han puesto nada (o inventa algo)
ok?


aqui va mi contribución a la novela






Pero antes de que la puerta se abriera, me desmayé.

Cuando desperté, estaba en el hospital y Marta estaba acompañándome.
-Parece que vamos a tener que dejar nuestra cita para otro día, eh? - me dijo sonriendo -
-Sí, va a tener que esperar, pero, ¿estás tu sola aquí? ¿qué me ha pasado? ¿cuantio tiempo llevamos aquí?
-Cuando te desmayaste, llamé a una ambulancia y vine a acompañarte. Por el momento estoy sólo yo contigo, ya que no he podido llamar a nigún familiar tuyo. Ah, y son las 11 de la noche. Los médicos dicen que mañana te darán el alta, que todo ha sido a causa del estrés y comer poco, ¿es que quieres adelgazar?
-¡No! lo que pasa es que desde que pasó lo de mi madre, no como bien, algo rápido y cuando llevo prisa...
-Pues me alegro de que no quieras adelgazar más: a mí me gustas como eres.
Se acercó y comenzó a besarme, cuando el médico abrió la puerta.
Ella dejó de besarme, pero la tienda de campaña se había levantado debajo de las sábanas.
El médico se dio cuenta y dijo:
-Venia a decirle que ya tiene el alta.

Yo me sonroje al analizar la situación, puesto que estaba erecta, y el doctor observándola, creo que se percato que lo que estaba pasando.

El medico salio de la habitación, y yo me decidí a salir también, pero me fallaron un poco las piernas, y me tambalee, pero Marta intento agarrarme, y al ser mas pesado, caí sobre ella en la cama. Marta se sonrojo mas de lo que yo estaba, y yo me pregunte que se le estaría pasando por su cabeza, debajo de esa larga cabellera morena, un tanto rizada, que ahora estaba sobre mi cara.

NO supe que hacer, estaba un poco "shock", después de todo lo que había pasado solo deseaba irme a casa, no tenia la intención de "perder la virginidad" ni nada por el estilo. Me levante, y aprecio que ella estaba un poco desilusionada. Me acompañó asta casa, y la invite a entrar, después de todas las molestias que le había causado. Siempre mire hacia donde solía estar madre esperando, pero solo vi la silla vacía.

La luz del teléfono estaba roja, por lo que había mensajes de voz del teléfono de padre, y los puse, decía que no iba a ir a casa a dormir. Marta me pidió que si podía quedarse a dormir conmigo, ya que no estaba para "valerme" por mi mismo después de lo pasado, y yo le pregunte

-Tus padres no se preocuparan?
-No, les dije que no volvería esta noche, a si que puedo a quedarme aquí sin ningún problema.
Esto me impactó mucho. ¡Lo que no había conseguido nunca, lo había conseguido en un día!
Si iba a dormir allí, sus intenciones seguro que serían hacerlo. Sólo podía contemplarla, hasta que ella me dijo:

-Bueno, ¿cenamos? El medico ha dicho que debes comer
-Pidamos una pizza, no tengo ganas de cocinar nada.
-¿Entonces de que tienes ganas?-me dijo sonriendo-
¡Queria hacerlo! Esa sonrisa, esa cara, ese tono de voz!
Me lancé sobre ella a besarla y empezó a meterme mano. Poco a poco fuimos llegando a mi habitación hasta que la tumbé sobre la cama.
Pero me di cuenta de un gran error. ¡No tenía condones! ¿Qué podía hacer? Lo tenía todo a mi favor, pero no tenía condones.
Entonces se me ocurrió una cosa...
-Ahora mismo vuelvo, tú quedate aqui!!-dije mientras me abrochaba de nuevo los pantalones y me colocaba la camisa apresuradamente.
Así aparte, me podía permitir unos minutos de reflexión para ver como enfocar el tema. Mientras bajaba en el ascensor, la espera se me hizo eterna. En cuanto llegue al piso 0 salí como un meteoro por la puerta del portal y baje calle abajo hasta la farmacia más cercana. Llegué jadeando, mientras pedía una caja de preservativos
-¿Durex o Control?-me preguntó la farmacéutica de buena fe.
"Y a mi qué cojones me importa, dame unos pero ya!!"pensé yo.
Finalmente, con la caja en la mano volví apresuradamente a mi casa y abrí la puerta del portal. Una vez dentro...
... Me di cuenta que mi casa estaba abierta! Pase a toda prisa y llamé a Marta a voces, y no contestó. Me sentí insultado, y cerré la puerta. No sabia que hacer, si llamarla, o si esperar a verla en el instituto, pero me asomé al balcón, pensativo, que porqué se había ido. pensé que solo se había reído de mi, pero al llegar a mi cuarto la vi desnuda y durmiendo sobre la cama, la pobre esta exhausta. Todos esos pensamientos que había tenido, no se como se me hubieran pasado por la cabeza. La verdad, es que con las prisas, deje la puerta abierta. Cerre la puerta de mi cuarto, me baje los pantalones, y estaba Marta, tan preciosa como siempre, desnuda en mi cama...
Y es que tantas prisas en una relacion no son buenas.
Me acosté junto a ella, abrazándola.
A la mañana siguiente, cuando despertó me pidió perdon por haberse dormido, a lo que yo contesté:
-No te preocupes, perdona por haber ido tan deprisa, nunca debí dejarme llevar.
-No pasa nada, tambien es culpa mía, te provoqué...
-Venga, hagamos como si no hubiera pasado nada, vamos a bajar a desayunar- le di un corto beso y añadí- Te quiero
-Y yo también, si no te quisiera no estaría aquí ahora mismo- me besó y finalmente añadió -
Me visto y bajo, cariño.

Preparé café y unas tostadas con aceite y tomate, al bajar me lo agradeció y me dijo que tenía que llamar a sus padres para avisar de que no iba a comer allí.
-¿Eso quiere decir que comemos juntos?
-Por supuesto, tenemos mucho de que hablar -dijo sonriendo- venga, desayunamos y los llamo.
el día paso largo, yo estaba sentado en la mesa viendo la tele, ablando con ella, y de repente me acorde de mi padre! Fue acordarme y entro por la puerta, me quede pillao y yo me maree, como me paso el día anterior.
Desperté, y no estaba en el hospital, si no en mi casa, tumbado en el sofá. Mi padre no estaba, y Marta estaba sentada en la silla. Al ver que yo desperté, se acerco y me dio un caluroso beso. Yo le pregunte por mi padre, y dijo que fue a la farmacia. Yo me senté, y ella se sentó encima. La mire a la cara, y le vi las intenciones. Yo le dije, creo que no estoy preparado, y ella me dijo, es que no me quieres. Se levanto y se se sento al reves, o sea, mirandome. Me bajo los pantalones, y pum!, no llevava ropa interior! Fue en ese momento cuando...
Gaucho93 escribió:nadie lo sigue?

no olololol
Fue en ese momento cuando escuché los pasos de los viejos zapatos de mi padre saliendo del ascensor. Marta notó mi nerviosismo y comenzó a abrocharme rápidamente el pantalón mientras sonreía. Era el peor momento de mi vida y estaba apunto de entrar en un paro cardíaco, pero ella se limitaba a sonreir, como si se tratara de una simple trastada.

Esta chica iba muy deprisa, y yo sólo había visto chicas desnudas en unas revistas que llevó Javier a clase. El momento con el que tanto había soñado estaba a punto de llegar, pero parecía como si algún malvado chamán hubiera echado una terrible maldición sobre mí.

Mi padre se tomó su tiempo hasta que comenzó a girar la llave. Marta ya se había cubierto hábilmente de libros. La verdad es que desde lo de mi madre, mi padre se tomaba mucho más tiempo para todo, ya nunca tenía prisa. Miró la silla de mamá, y después giró la cabeza hacia nosotros:

- Hola chicos. Vaya, veo que estáis estudiando. No os molestaré, vengo a coger unas herramientas para arreglar unas cosas en casa de la tía Ana.

Se despidió con la mano mientras bajaba con su maletín de herramientas. Desde que se murió mamá, sus hermanas se empeñan en tenerle distraído con cualquier cosa. Justo antes de salir por la puerta, me pareció ver cómo me guiñaba un ojo. Mamá jamás se hubiera marchado si me hubiera encontrado con una chica, pero él era diferente. Cuando la puerta se cerró, Marta dirigió su mirada violentamente hacía mí, como si de un tiburón se tratara. Yo era su presa.
Un up haber si alguién lo puede seguir que ya ha pasado un mes desde la ultima vez..
Estaba absolutamente desquiciado, y empecé a sentirme bastante mal. Aún así, Marta seguía acechando. Sin dejar de mirarme, me susurró:

- Puedes estar tranquilo, de esto no se va a enterar nadie.
- Marta, no juegues conmigo... -dije yo con un hilo de voz- No me siento nada bien, no es momento de...

Pero se lanzó sobre mí como si fuera una pantera, me quitó la camiseta, y empezó a desarmarme con besos y caricias. Me estremecía cada vez que me tocaba, y cada beso que me daba no hacía más que reducir mi resistencia. En ese momento volvieron las punzadas, y si no hubiera sido por eso y porque sólo de pensar en lo que venía después se me nublaba la vista, no habría dicho:

-Por favor Marta, déjalo, no quiero marearme...

Dándose cuenta de que no estaba en condiciones, detuvo su ritual. Entonces me miró y contestó como si estuviese pronunciando un juramento:

- De acuerdo, pero esta te la guardo. Cuando llegue el momento, haré que no puedas olvidarte de mi.

Al acabar de decirme esto, me dirigió una pícara sonrisa, y se levantó. Cogió mi camiseta, y después de ponérmela de nuevo, dijo:

- Voy a beber, vengo enseguida. No te levantes, ¿vale?

Yo, totalmente aturdido y desbordado por la situación, me pasé los siguientes cinco minutos en blanco. Ni siquiera podía moverme. Tras ese tiempo, intenté recuperar la compostura. El dolor parecía amainar, pero mi mente empezó a fabricar pensamientos, que seguramente se traducirían en nervios y un posterior desmayo. Ante tal panorama cerré los ojos, pensando que al abrirlos todos mis males se habrían disipado.

Cuando lo hice, pensé que hubiera sido mejor seguir durmiendo.
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