[Juego Relatos] Frase nº 2

"No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando."


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Para los participantes, recordad publicar el relato durante los dos últimos días del plazo: el 16 y 17 de julio.
No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando. Más que nada porque mi sueño trata sobre manzanas. Me he encabronado en que sean manzanas, joder, ¿por qué un limón? Quizá es una manzana amarilla…

No. No, es un limón, clarísimamente. Aunque ahora que lo pienso esto puede servirme de algo. Efectivamente, estoy soñando. Dentro de un sueño me he dado cuenta de que estoy soñando, ¡fenomenal! Ahora sólo me queda aguantar las visiones terroríficas durante un rato y no despertarme.

Difícil. De momento puedo ver como a aquella manzana le salen gusanos de los ojos. Debe de faltar poco para que comience a caminar. ¿Y qué es aquello, una soga? Ostia, la manzana… ¿dónde ha ido?

Espera… una manzana con ojos no debería ser normal. De hecho, es más normal lo de los gusanos que lo de los ojos. ¿Dónde carajo está?... mierda, tengo miedo.

Demasiado miedo, de hecho. Creo que en parte es por la soga. Dudo que se pueda ahorcar a una manzana, no tienen cuello. No parece fácil tampoco que la soga sea para el limón. Creo que debería irme de aquí. Debo despertar…

¡No! No, ¡debo resistir, esto no es real! Venga, olvídate de esto. Si consigues mantener la calma conseguirás viajar por tu sueño, que no te invada el pánico. Un par de huevos. Espera…

¿Una figura humana?

No… bueno, sí… pero sus movimientos no lo parecen. Túnica de aspecto áspero y capucha cubriendo toda su cara. Sus manos… ¿sangran?

¿Viene hacia aquí?... no sabría decirlo. Esa parece su intención pero es como si se dirigiera a muchas partes a la vez de alguna manera que no sé explicar. Oh, no, viene hacia aquí clarísimamente. O… ¿no?... espera… ha cambiado mi ángulo de visión…

Ahora coge el limón que tenía a mis pies hace un momento. ¿He sido movido de alguna manera?... o al menos yo no recuerdo haberlo hecho por mí mismo, ¿qué sucede?

El limón se ha teñido de rojo con la sangre de sus manos. Aunque… ¿son manos? Se asemejan más a pinzas mecánicas. Espera… parece que va a quitarse la capucha…

¡¡Oh, Santo Dios!!

No es real, recuérdalo. Me esfuerzo en tener presente que no es real, que a ese hombre no le falta la mandíbula inferior y que sus ojos no sobresalen de sus órbitas, pero es terriblemente difícil.

Se está acercando. Me mira fijamente con esas esferas terribles y, ¿lleva el limón sujeto con una de esas manos-pinza? Sí… o… no… teñido de rojo parece una manzana aplanada…

No, seguramente sólo sea mi imaginación. Joder, está enfrente de mí. Noto como no aparta la vista de mi rostro. Pero no me atrevo a mirarle, mantengo la compostura observando el limón ensangrentado.

Me lo ofrece. ¿Qué debo hacer?... Maldita sea. Un fugaz razonamiento absurdo atraviesa mi mente: si opto por coger el limón, automáticamente y para darle las gracias levantaré la vista hacia su rostro horrible y perdido en la redondez terroríficamente perfecta de sus ojos el pánico me invadirá y despertaré aterrado. No, no puedo hacer eso. Pero si no lo cojo, ¿qué sucederá?

De repente, empiezo a sentir una sed insoportable. Miro el limón. De alguna manera, teñido por la sangre se me hace todavía más apetitoso. Lo necesito. Lo voy a coger. Levanto la vista y, un poco antes de llegar a su rostro me invade el miedo, pero esa extraña inercia me impide parar.

Sorprendente… ¿qué es esto?... su cara es la de un anciano sonriente, afable, me recuerda al panadero del pueblo cuando era pequeño.

Vuelvo a mirar el limón. Ya no está ensangrentado, es un limón normal, aunque tiene un aspecto increíblemente jugoso. ¿Qué es eso, hierba? Levanto la vista a mi alrededor y estoy en un campo maravilloso, verde donde quiera que mire. ¡Lo he conseguido! He transformado el sueño en un lugar apacible. ¡Ahora ya sin miedo podré dirigirme adonde quiera y hacer todo lo que se me ocurra!

Fantástico. Todo es fantástico. Sólo me molesta un pequeño ruido electrónico constante.

El escenario cambia de repente y mi visión revela tres números rojos parpadeando en la oscuridad.

7:00

Bip bip bip

Mierda.

Mierda y remierda.
No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando. Cuando organicé esta fiesta dejé claro que quería que se respetara mi casa, mi jardín y mi piscina. Quería que se guardaran las formas, no sé, no me parece que sea tanto pedir ¿no? Es una fiesta, todos vienen a divertirse, claro, para eso la he organizado y me he pasado los últimos días comprando y calculando todo para que no falte nada. Las bebidas, los aperitivos, aquello que cada cual pueda necesitar... todo lo he tenido que pensar.
Y ahora lo estaba disfrutando, riéndome, pasándolo más que bien. Por eso no lo entiendo, joder, es que no lo entiendo. Es que lo pienso y me enfado cada vez más. Es que... no, me voy a callar porque todavía voy y acabo a golpes, que veo que me estoy calentando... no quiero pegar a nadie, no quiero.. joder no quiero ¡pero ese puto limón ha tenido que aparecer rodando, borracho como una cuba, pretendiendo hacer el viejo numerito del sorbete y, sobre todo, molestando a los demás ingredientes de MI sangría!!!
No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando. Lo sostengo casi verde entre mis manos y lo acerco con cuidado a la nariz, claro, no puedo reprimir una mueca y el limón cae nuevamente al suelo, y yo allí, inmóvil, presentándole atención a un cítrico, me distraigo por un momento de mi cometido. Al otro lado de mis prismáticos ella parece estar haciendo limonada como consciente de una tragedia próxima, y se limpia las manos en la camiseta cuando cree que nadie le mira. Todavía no podemos actuar, digo, y le paso los prismáticos al tipo que tengo al lado, Está su mujer en mitad del jardín haciendo limonada, Vale, dice él, Vale. Se enciende un cigarro detrás de los arbustos que nos cobijan y como si estuviese teniendo algún tipo de revelación, añade, Los humanos somos seres efímeros, Él lo debería saber mejor que ningún otro, dice, y le da otra calada al cigarro. Lo apaga. Dirige su mirada hacia la casa con los prismáticos en mano y yo bombeo sangre con dificultad, absorto en la satisfacción de la venganza. Dime qué ves, digo, Dime qué ves, pero él, el de los prismáticos, el que acaba de tirar el cigarro, cambia de pronto su gesto decidido por un cansancio irremediable, y susurra, aunque no parece que vaya dirigido a mi, Ya no somos héroes, qué será de mí cuando termine mi causa, si ya no hay guerras por las que luchar, ni trincheras, ni más muertes, ni, después de hoy, habrá más venganzas, sólo he sido feliz en la desgracia. Yo me inquieto. Consigo arrancarle los prismáticos. Ahí está. Puedo ver con claridad al objetivo, nauseabundo y sujetando la mano de una niña, con tantas muertes a sus espaldas... Tengo un odio que no me cabe en la boca. Hace rato que la mujer se metió en casa. Mi compañero vuelve a coger los prismáticos, Trae, dice. Se hace un silencio. No puedo saber qué está ocurriendo. Dime qué ves, digo, Eh, dime qué ves. Se puede saber, repito, qué pasa, le pregunto al de los prismáticos, que ahora mira a través de su mirilla telescópica, Qué cojones es lo que ves. Asesinos abrazando a sus nietas, dice, y se aparta del fusil mientras se seca un lágrima con la mano izquierda, No puedo.
No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando, no consigo entender porque ante mi mirada se extiende un desierto de colillas y cristales rotos, cuando consigo incorporarme, no consigo entender porque me duele tanto la cabeza, ni porque estoy sangrando por la pierna, sangro mucho, mierda. Me quito el cinturón y me hago un torniquete. Duele. me incorporo penosamente y miro a mi alrrededor, el bar en el que me encuentro esta destrozado, se ven signos de violencia por todos lados, me zumban los oidos...¿eso son agujeros de bala?...Dios, no recuerdo nada.

Me dirijo hacia la puerta de cristal, tambien rota, la luz del sol me ciega unos momentos y despues veo....veo la calle, un panorama desolador: Fuego, fragmentos de ciudad, carne y sangre, vehiculos ferrumbosos tumbados y machacados, un olor nauseabundo recorre cada esquina, el olor de mi especie descomponiendose. Mi especie....mi especie, ¡Recuerdo! recuerdo una nube rosa cubriendo el cielo y...y... esferas de luz amarilla que...que se dividian a su vez en otras luces amarillas mas pequeñas y...nos atacaban y... y...nada. ¿Tengo amnesia? Me llamo...vivo en...mierda, si, tengo amnesia.

Empiezo a andar por la calle, cojeando, creo que necesito ayuda medica, eso es lo primero, despues ya recordaré lo demas...no hay vida en la calle, hay cadaveres...no me sorprendia demasiado...presupongo que a una persona del monton le debe sobrecoger ver la calle llena de muertos mutilados y quemados...a mi no...ummm...tal vez sea un médico o un soldado o...un enterrador...no sé.

Tengo sed, me acerco a una fuente, no funciona...tengo mucha sed...veo la puerta de un portal entreabierta frente a mi. LLamo al portero automático. Que ridiculez, entro en la casa y me acerco a una de las viviendas, con la puerta resquebrajada.

-¡Hola!, ¡Hola, ¿Hay alguien?!

Me acerco a la cocina y abro la nevera, el olor es tan terrible que casi vomito y la mantengo abierta justo el tiempo necesario para sustraer una botella de zumo de naranja que veo. La botellla huele mal, pero el zumo esta bueno. Me bebo un litro casi sin respirar...¿Cuanto tiempo habré estado inconsciente? Tal vez dias...¡¡Mierda!!, la herida de la pierna volvia a sangrar, me senté en una silla para intentar pretar mas el torniquete, necesitaba ayuda médica, que me pusieran la antitetánica, desinfectar la herida tras comprobar si tengo algo dentro reparar tejidos y suturar, antibióticos y...¡Ey!...Creo que sé algo de medicina, tal vez podría...me levanto de la silla y cojo un cuchillo, miro debajo de la fregadera ¡Bingo!, lleno el cuchillo de lejía y....

- ¡¡Suelta eso ahora mismo!!

Notaba el frio de un cañon en mi nuca, deje el cuchillo en la mesa.

- ¿Que haces en mi casa?

Era una voz de mujer, parecía nerviosa...

- Perdon, yo no...no sabia que era su casa, tenía sed y estoy herido...

- Todos tenemos sed y todos estamos heridos eso no es motivo para entrar en mi hogar.

- Espere, la puerta...no había puerta, esEe, verá...or favor, baje el arma y le explicaré...no tengo memoria ¿Vale?...No recuerdo nada, me he despertado en un bar y yo...

en un acto extremadamente suicida me dí la vuelta de golpe y cogí el arma ante la asustada cara de la joven...el arma Era una tubería! Ante mi sorpresa ella aprovechó para arrearme un rodillazo en el muslo herido, aullé de dolor, deje caer el tubo de metal, ella lo cogió y lo levantó por encima de su cabeza, yo había caido de rodillas.

- No sé quien eres ni lo que quieres pero sal de mi casa.

- Ne cesito ayuda, no recuerdo nada...

- Yo tampoco recuerdo nada!...nada...

La chica se derrumbó y comenzó a llorar, asi estabamos los dos, de rodillas uno frente al otro, en una cocina apestosa en medio de un caos de mundo y solo se me ocurrió decir:

- Tranquila, recordaremos juntos.
No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando. Es imposible. Sé que es un limón, después de tanto tiempo aún lo recuerdo, pero es imposible. Todo es negro a mi alrededor. Un manto negro que casi no deja ver cubre el cielo, las aguas turbias que corretean entre las negras piedras y el gris y negro suelo me rodean. No ha quedado nada. Nada. Solo yo. Estoy solo en una inmensa bola de carbón. Apenas un microscópico punto inerme, inerte. Solo yo. Cierro los ojos, estando seguro de que cuando los abra ese limón no va a estar a mis pies. Miro hacia el cielo negro y bajo la cabeza lentamente. Sigue ahí. No lo entiendo. No lo sé. Solo estoy yo. Solo yo. Y un limón.
No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando. Normalmente los chicos tienen mejor puntería. Imagino que habrá sido Jorge, es el que menos fuerza tiene de los chicos.  El día que el frutero les pille… les dará una buena lección. Ese hombre tiene bastante mala leche.

Un limón… Y menudo limón. Un limón precioso. Desde luego, he de aplaudir el buen gusto de Jorge. Jamás había visto nada tan amarillo, brilla casi más que el sol. Por qué no… no. Definitivamente no. Pero… no, no es una buena idea… ¡Qué demonios! (MORDISCO).

Menuda historia. Vamos que lo cuento por ahí, y no se la creen. Acabo de aparecer en la tierra media. Y parece que se está librando una batalla, veo gente con espadas, arqueros y catapultas incendiarias. ¿Dragones? Yo me largo de aquí, esto se está poniendo feo (MORDISCO).

Qué bien. Estoy en una playa. Hay un montón de niños, y vienen donde mí. Un momento… realmente son muchos niños. Y tienen el pelo rojo. Cuando era pequeño, había un niño en mi clase que siempre me pegaba y se llamaba Tomás. Tenía el pelo rojo. Me largo de aquí. (MORDISCO).

¡Esto va muy deprisa! Soy el copiloto de una especie de coche. Es un tanto peculiar, imagino que será algún tipo de carrera del futuro. Como me vea mi madre aquí metido me mata, yo me marcho. (MORDISCO).

Qué tranquilidad. Estoy en un banco sentado, en mitad de ninguna parte. Me pregunto cuánta gente como yo habrá perdida en otros tiempos y otros mundos por culpa de un limón. Quién me mandaría a mí morderlo… me está bien empleado. Aunque bueno…. aquí no hago nada. Ya tendré tiempo de pensar en la forma de volver a casa. (MORDISCO).

Un robot muy simpático me acaba de saludar. Parece una chica. Diría que es atractiva. Para ser un robot quiero decir.
- ¿Te apetece dar un paseo, robot?
- Vale (voz de robot). ¿Cómo te llamas? (voz de robot)

Y me marché a pasear con aquel simpático robot.
“No consigo entender por qué ese limón ha venido rodando. Y lo mejor de todo es que me está mirando y yo, tonto de mí, no puedo dejar de mirarlo. Me mira, y parece que mirándome se hace más fuerte, se hace más grande y yo cada vez soy más pequeño a su lado. ¡¡Dios!! ¿Qué está pasando? Se agita, se convulsiona, se está trasformando. ¡¡Joder, se ha convertido en un enorme perro de color amarillo!! Y ahora, su mirada es peor, parece feroz, creo que me va a atacar. Seguro que huele mi miedo. Y ahora, ¿qué hago? Nadie parece querer ayudarme, ¿qué pasa?, ¿sólo lo veo yo? ¿Estaré volviéndome loco?
No puede ser, una naranja viene rodando hacia mí, se ha parado al lado del perro-limón y ambos me están mirando, ¡¡mierda!! Se agita, se convulsiona, se ha trasformado en un lindo gatito de color naranja…
Los dos han empezado a pelear, menos mal, parece que la cosa no va conmigo y me puedo marchar…
Y aquí estoy, yéndome, tan tranquilo como si la cosa no fuera conmigo, y oyendo los gruñidos del perro-limón y los maullidos del gato-naranja mientras sigo masticando esas setas tan buenas que he encontrado al lado del limonero… “
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