En juegos musicales, el Osu! Tatakae! Ouendan! y su secuela son bastante difíciles, mucho más que el Rhythm Paradise (sobre todo si desbloqueas el modo Oni). El Taiko no Tatsujin y sus dos secuelas, igual. Todos ellos son juegos japoneses, tienes que comprarlos de importación.
En RPGs tipo dungeoncrawlers, el Dark Spire es aún más difícil que los Etrian Odysseys. Imita los juegos de rol tipo Wizardry, en los que tienes que investigar por tu cuenta qué hace cada arma, cada hechizo, dibujarte un mapa en papel... incluso dejándote salvar la partida en cualquier lugar (sin combate), su dificultad es acojonantes, y pasárselo sin ayuda externa es toda una hazaña.
En RPGs tipo roguelikes, Mystery Dungeon: Shiren the Wanderer es un juego tremendamente chungo, por lo cruel que es con quien lo juega (la cagas y a empezar de nuevo todo: es como el Izuna pero sin conservar tu Experiencia cuando te matan).
En shooters, Contra 4 y Metal Slug 7 son jodidos, aunque el último es algo más accesible. Nanostray 1 también se las trae en difícil, y conseguir todos los desafíos es un dolor.