Creo que todos tenemos algún juego que jugamos de pequeño. Nos gustaba mucho, y lo hemos ido jugando, una y otra vez. Esto es especialmente notable en JRPGs. Juegos que de chaval veíamos de una forma su historia, y con el paso de los años y nuestra propia madurez, hemos ido viendo diferentes, descubriendo nuevos matices. El juego no cambia, somos nosotros, pero la percepción es muy distinta.
En mi caso, kingdom hearts 1 es el título. Llevo jugando ese título desde los 7-8 años. 20 anos después, le sigo metiendo alguna vuelta. Y mi percepción es muy diferente.
Al principio no entendía mucho, simplemente tiraba para adelante y solía quedarme en Tarzán/Aladín (por falta de tarjeta de memoria + pico dificultad de Tarzán). Cuando ya conseguí la dichosa tarjeta, me pude empezar a pasar el título, y mi lectura de la historia era de un niño de una isla que "se pierde", y hace un viaje buscando a sus amigos, donde uno se vuelve malo. En el final,
La última ve que lo jugué, está nochevieja, hubo otra escena que ha cambiado mucho para mí también, por mi situación personal actual. Es una de las primeras escenas, donde están preparando la balsa. Para los ajenos al título, 3 chavales que viven en una isla deciden hacer una balsa para investigar lo que hay "ahí fuera", ya que una chica viene de otro mundo. Y en esa escena comentan como hasta que llegó ella, nunca se habían planteado que hubiese algo más fuera de su pequeña isla. "Si hay más mundos ahí fuera, por qué hemos acabado en esta pequeña isla. Cada día es igual. Así que yo digo que nos vayamos". Yo, como actual inmigrante descontento con la situación laboral en España, me ha resonado en el alma. Ahora escucho esas palabras de otra forma.
No voy a preguntar si vosotros habéis sentido algo así, sino donde, porque estoy seguro que muchos hemos vivido por eso. Especialmente con escenas románticas que no entendíamos de críos, o con personajes que se sacrificaban para salvar a otro por motivo no evidentes para un chaval