Es curioso, yo en cambio tengo que mencionar el
Etrian Odyssey como el juego que más gratamente me ha sorprendido en DS. Lo raro del caso es que soy lo bastante mayor para haber jugado, hace ya mucho tiempo, al tipo de juegos en los que se basa (Eye of the Beholder, Lands of Lore, Dungeon Master...) y aunque me llamaban la atención, siempre terminaban aburriéndome. El Etrian, por contra, me enganchó de principio a fin (y más allá). Puede que sea por lo bien medida que está la dificultad (dura, pero en general justa) o por el ir poco a poco construyendo el mapa o, simplemente, que ahora soy más receptivo a los encantos de este tipo de juegos. En fin, que me lo compré por una mezcla de nostalgia y curiosidad, y lo he disfrutado como pocos
En cambio, mi mayor decepción ha sido un juego con mucho nombre, pero que me dejó bastante chafado: el
Final Fantasy IV.
En muchos sentidos en un opuesto del Etrian; si en aquel, prima la jugabilidad y eres tú quien decide cómo construir y armar tu equipo para hacer frente a los desafíos, en el Final lo que prima es la historia, y es la historia quien decide qué equipo tienes en cada momento. Al centrarse en ésta y dar personalidad a los compañeros de aventuras, quizás faciliten que te encariñes con ellos, pero por eso mismo toca más las narices que te los quiten de buenas a primeras, en escenas bastante tontorronas del tipo "seguid vosotros, que yo me sacrificaré para que podáis escapar". Tampoco ayuda que, aunque el argumento no está mal para ser un juego de los 90, no deje de ser un encadenado de tópicos estirado más allá de lo razonable. Incluso sin salirnos de esos mismos tópicos ni de los Final Fantasy, me gustó bastante más la historia del FFXII: Ravenant Wings.
Pero lo que me terminó de estropear el juego, fueron los picos de dificultad arbitrarios. Hacer un juego difícil es lo más sencillo del mundo; lo que requiere mucho trabajo y habilidad es que la dificultad vaya aumentando de forma progresiva y equilibrada (como, en buena medida, consigue el Etrian). Cuando en el FF IV llegué a un caverna (supongo que ya cerca del final) donde aleatoriamente podían aparecerte unos dragones con un arma de aliento que te podía fulminar al grupo entero en un par de turnos, por muy subidos que los tuvieses, dije "hasta aquí hemos llegado".
Desde luego, no es el peor juego que he jugado en DS, pero sí el que más me ha decepcionado.