Yo estuve en uno y fue el día más aburrido de mi vida. Además, que la cosa estaba tan clara que los imputados se declararon culpables sin más, pero para cumplir con toda la parafernalia burocráctica... pues eché todo el día allí. En fin, que al menos me invitaron a almorzar, a comer, me gané unos eurillos y llegué a la conclusión de que ser analfaburro no es óbice para llegar a ser fiscal y tener la vida solucionada.