En ocasiones, nuestros comentarios en las redes sociales pueden ir más allá de lo políticamente correcto. Pero cuando el mal gusto puede ser interpretado como una amenaza real, ¿cuáles pueden ser las consecuencias?Calentarse por culpa de un videojuego puede salir caro. Si no, que se lo pregunten a este joven texano que fue encarcelado por bromear en Facebook en medio de una discusión por el juego League of Legends. En respuesta a otro usuario que lo llamó “loco”, él contestó: “Oh si, voy a ir a una escuela a disparar contra los niños, y comeré sus corazones todavía latiendo.”
Un donante anónimo ha pagado la fianza de 500.000 dólares para que Justin Carter pueda salir de prisión. Aún a la espera de juicio, el adolescente de 19 años se enfrenta a una petición de 8 años de cárcel por amenazas terroristas. En el registro del domicilio no se encontraron armas aunque sí se llevaron el ordenador del chaval para examinarlo en busca de otras pruebas.
Los padres alegan que las amenazas no eran reales, argumentando que después de tan desafortunada frase añadió un “lol” (carcajadas en inglés). Por lo visto las autoridades policiales no captaron el sarcasmo de la misma forma.
Si alguno de vosotros quiere solidarizarse con la causa de este norteamericano, puede firmar la petición que ha iniciado su madre en change.org para cambiar la ley que regula las investigaciones anti-terroristas.