Un relato, apenas un susurro..
Intente negar mis ansias, sabe dios que trate de cortar mi deseo. Inútilmente lo sabia, lo sabia como constancia tiene mi cuerpo de su vida. Me vesti como un autómata, y tome el camino que paso a paso me llevaria la condenación.
No os llevéis a error, no penséis que era un inocente atrapado por su adicción. No, yo era consciente a cada instante de mi caida y perdición a la condena de mis deseos.
A veces, solo a veces… me obligo a buscar ayuda, a informar a mi consciencia del peligro al que se arroja. En vano, todo en vano ya mi cuerpo se mueve una vez mas a traves de las calles llenas de hipocrecia y prejuicios hechos carne.
El portal se abre ante mi como como una apertura directa al infierno, mi cuerpo tiembla de la expectación, el ansia que recorre mi sangre sabe que pronto sera saciada.
Me abre la puerta como es su tradición, vestida solo con el encaje de carmín que compro con mi sudor. Me recibe con su beso de pasión y mis penas vuelan ya, en sus brazos mi alma encuentra paz.