El egotismo era un don innato en si mismo, donde cada día empolvaba su nariz frente al espejo , dos toques a la derecha bajo el ojo aviso que su propia nariz se extiende delante de las holgadas orejaras de lo imposible.
Nace cuando se forma, cuando la incomprensión y la solidaridad ya no barre las calles, la tolerancia duerme en un portal como una sobra en la noche y la calle.
El egoismo provoca el aislamiento de los demás...
La mentira se convierte en su aliada , compañera de sus días de cárcel.
El egoísmo es una celda de un condenado a muerte.
La soledad son las fichas blanca de su tablero, cuando la soledad se sienta a jugar al ajedrez, tiene nombre, rostro, y es cobarde, por eso cierra todas las puertas, para que nadie vea su verdadero rostro.
El egoísmo se adjudica el número de un portal , lo examina y lo exprime hasta ponerle un nombre, el nombre que a pocos le importa pero así mismo que grande nombre, el de calle de la soledad, sin número....,país, ciudad, pero si mundo.
En la caja de Pandora estuvo desde el comienzo de sus días, algunos desean tenerla, pero el , el egoísmo solo se posee así mismo y no sabe compartir, solo cambiar de nombre para no ser visto.
Un día el egoísmo jugó con la verdad en la caja de Pandora y la noche se ciñó sobre un pantano, contagió a la fauna de veneno, lanzó musgos por la boca, pisó el cieno de la mentira, y de lo yuxtapuesto, y terminó compartiendo a la Diosa de la guerra, del no descanso...El egoísmo es una hoja muerta en un otoño de primaveras de ilusiones y de sin fronteras.
El egoísmo no entiende, no escucha, no comprende a la tolerancia y el respeto a las demás sensaciones de esta nuestra caja de Pandora.
Si un día le diera por volver la mirada, el egoísmo comprendería porque siempre al final está solo en ese rincón de la caja de Pandora, y quien le acompaña, la dama de la desesperación sabría que la vida solo tiene una cara, la de dar mas que pedir, y encontrarían ambos el descanso eterno de sus guerras y monumentos a la soledad de los tiempos.
Si todos mirásemos un poco más lejos de nuestras narices, la perspectiva y lo relativo estarían dentro de esta caja de los truenos de nuestros propios sentimientos, que marcan el compás del tiempo , y el tic tac de sus mentiras, cuando se encierran bajo llave y nadie los ve.
El egoísmo no sabe aprender, ni muere jamás, porque nunca descansa , es una estatua fría y muerta que solo escucha el eco de su ego mas profundo.
Un día el egoísmo hizo un trato con la soledad y entonces llegaron sus propias mentiras que nadie escuchó jamás, la soledad sintió compañía y el egoísmo se creyó el centro del mundo, y en ese ombligo y momento se tradujo .
Que solo es estar solo con uno mismo, cuando solo te tienes a ti mismo, el la soledad peor de todas, las del loco que termina dándose la razón así mismo.
Sitos .)
