La Comisión Europea ha
propuesto una serie de medidas como parte de su nueva regulación ePrivacy destinadas a simplificar el control de los datos cotejados de los internautas,
mejorar su privacidad y endurecer las normas que regulan la información que manejan servicios como WhatsApp y Facebook para
equipararlas a las que actualmente se aplican sobre los operadores de telefonía.
Estas nuevas regulaciones íntimamente ligadas al
mercado único digital (que durante este último año ha sido objeto de importantes cambios legislativos) tienen todavía el carácter de propuesta, por lo que todavía han de ser validadas antes de convertirse en ley.
Probablemente el cambio más visible de cara a los usuarios sea la desaparición en gran medida de los mensajes que hasta ahora avisan a los internautas de que un sitio recoge información de navegación mediante el uso de
cookies. Según la propuesta, que reconoce de forma explícita la sobrecarga de estas pantallas:
Las nuevas normas permitirán a los usuarios un mayor control de sus entornos y proporcionarán una vía fácil para aceptar o rechazar el seguimiento de «cookies» y otros identificadores en caso de riesgos para la privacidad. La propuesta aclara que no es necesario obtener el consentimiento para las «cookies» invasivas ajenas a la privacidad que mejoran la experiencia de internet (por ejemplo, recordar el historial del carrito de la compra). Dejará de ser necesario el consentimiento del usuario en el caso de las «cookies» instaladas en un sitio web visitado que efectúen el recuento del número de visitantes a dicho sitio.
Otro punto importante de la directiva ePrivacy será su actualización para cubrir comunicaciones electrónicas como el correo electrónico y los mensajes instantáneos de plataformas como WhatsApp, Facebook y Google Hangouts usando una serie de normas comparables a las de los operadores, que se quejaban amargamente de la asimetría legal. En este aspecto, la nueva directiva aspira a que las comunicaciones electrónicas gocen de los mismos niveles de privacidad, con la posibilidad de que el usuario pueda hacer anónimos o eliminar datos como el tiempo y el lugar de una llamada si no han dado su consentimiento, a menos que sea necesario a efectos de facturación.
Con todo, la Asociación GSM y la ETNO (el principal
lobby de los operadores europeos) han mostrado ya
su desacuerdo con la directiva, afirmando que los operadores deberán soportar medidas más estrictas a la hora de manejar ciertos datos y haciendo un alegato a favor "del uso basado en la confianza de los datos recogidos por los operadores de telecomunicaciones". Cabe señalar que la nueva directiva también abrirá nuevas formas de ingreso a los operadores, puesto que les permitirá generar mapas de calor para ofrecer estadísticas de uso más detalladas de cara a la construcción de infraestructuras y redes de transporte.
La propuesta también dedicará un capítulo especial a la publicidad no deseada, algo que posiblemente despertará el interés de un gran número de ciudadanos. De forma más concreta, el texto prohíbe las comunicaciones no solicitadas por el usuario (ya sea por correo electrónico, SMS o llamada telefónica), dando a los estados miembros la posibilidad de crear listas Robinson de cumplimiento regulado. Además, las llamadas promocionales deberán mostrar su número de teléfono o un prefijo especial para denotar su naturaleza.
El texto deberá ser debatido por el Parlamento y el Consejo de cara a su adopción el 25 de mayo de 2018.
Fuente: Comunicado de la Comisión Europea