Podemos viajar por Europa con un libro o un Bluray en la maleta, pero no con nuestro servicio de contenidos online ya que este deja de ser accesible cuando se cruza la frontera. Para poner solución a esta deficiencia la Comisión Europea ha
presentado una propuesta para garantizar este acceso en 2017, el mismo año que se
quiere acabar con el
roaming en los
smartphones.
Por ejemplo, si estamos abonados a Netflix España y viajamos a Malta no tendremos acceso (legal y con garantías) al servicio porque allí no está presente. Si decidimos ir de vacaciones a París sólo podremos ver los contenidos locales. Lo mismo pasa con los servicios Premium (series, películas o fútbol) de las operadoras.
“Cuando descargamos una película o una canción, debe poder reproducirse. Si no fuera el caso, nos debe asistir el derecho a rescindir el contrato y a ser reembolsados”, dijo Andrus Ansip, vicepresidente responsable del Mercado Único Digital. “Las propuestas hoy presentadas darán más derechos a los consumidores en línea y les permitirán disfrutar de productos y servicios de otros países de la UE con plena confianza”.
Este será un importante aunque no suficiente paso para la creación del mercado único digital, ya que la propuesta de la Comisión no termina con las fronteras digitales, aquellas que nos impiden contratar legalmente y con garantías un servicio en otro país de la Unión Europea. Por ejemplo, abonarnos a una plataforma de pago en Lituania para ver el fútbol aprovechando que es más económico.
A la falta de voluntad de la Comisión hay que sumarle los intereses de los propios estados y de la industria de contenidos, que gana más dinero vendiendo los derechos de forma individual en los 28 estados miembros que en una única licencia europea.