Una alfombrilla para hacer abdominales, aunque al menos la tengo para salir de la ducha sin ponerlo todo perdido.
O esos tenis Adidas de 150 euros, con los que vuelas, preparado para no se cuantos terrenos diferentes y que utilicé para ir a comprar los mandaos.
Y no hablemos de las pesas, que me costó un cojón traer desde el carrefour (me compré las más grandes que había), que me sirven para poner encima la tele y la ropa.