Muchos ciudadanos del tercer mundo consiguen salir adelante trabajando de sol a sol para proveer de materias primas a los países más ricos. Esta realidad social se ha desplazado a los universos virtuales creados por juegos on line como el popular World of Walcraft
Según un estudio del que se hace eco la
página web de la BBC, cerca de medio millón de personas se ganan la vida recolectando distintas materias necesarias para avanzar en estos juegos que luego venden a los usuarios a cambio de dinero real. Con dichos bienes, los jugadores consiguen que sus avatares consigan armas más poderosas, mejores monturas, etcétera.
La investigación de la Universidad de Manchester concluye que esta práctica, conocida como gold-farming (algo así como orocultura, cultivo de oro, traducido literalmente), está creciendo rápidamente, pese a los intentos de los propietarios de los juegos, quienes quieren terminar con este comercio de bienes virtuales.
De esas 500.000 personas que se dedican a recoger materias primas para otros en estos universos virtuales, el 80% vive en China. De media, esta actividad les reporta casi 100 euros al mes.
Otro de los servicios que ofrecen estas gold-farming es el de convertir un personaje normal en uno mucho mejor. Para ello, toman el control del avatar durante un tiempo determinado y realizan las acciones pertinentes para aumentar su poder, mientras el propietario del jugador virtual puede dormir, acudir al trabajo o irse de vacaciones. Otro cuida su avatar por él.
"Cuando unos tienen más dinero que tiempo y los otros más tiempo que dinero, encontrarán una manera de encontrarse", asegura el responsable de la empresa de seguridad especializada en juegos Secure Play. Según Steven Davis, la existencia de este comercio pone de relieve una necesidad real para los jugadores.
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