Un relato mas para la colección.
[Creo que cuando llegue a los 50 los sacare una seleccion en formato libro]
Lo observó junto al pequeño estanque mientras, a pequeños sorbos, terminaba su bebida. Estaba solo y no parecía esperar a nadie en concreto, simplemente esperaba junto al muro de anchas piedras que contenía la verdosa agua.
Se acercó a su lado y le miró de reojo mientras de su bolso sacaba una bolsa de migajas que arrojo hacia los cisnes. Al cabo de un instante numerosas aves blancas se reunían ante ella para atrapar al vuelo los deliciosos pedazos.
-Deberías desistir… ella no vendrá- dijo en alto.
-Y quién le dice que espero a una mujer…-contesto él con humor sentándose en la fría piedra- podría esperar a un hombre…
-No, algo me lo dice… tengo una buena intuición ¿sabes?- le dedicó una sonrisa- dime ¿Cuánto tiempo llevas esperándola?
-cuanto tiempo… es una buena pregunta… en mi memoria ni un solo día ha pasado… pero supongo que este verano hará tres años desde que la ví por ultima vez…- relató con un gesto de melancolía.
-Tres años… ¿y merece la pena tanto esfuerzo? –Inquirió con cierta sorpresa- Si ella realmente quisiera, hubiera estado aquí desde el primer día… tres años…. ¿no crees que ella ya ha elegido no venir?
-No es cuestión de su elección… - afirmo rotundo- esta secuestrada por si misma y hasta que no se libere, no podrá venir. Por eso esperaré el tiempo que sea necesario…
-¿Secuestrada por si misma?… ¡no hablaras en serio!
-Tan en serio que me duele… a veces nuestros miedos secuestran nuestra voluntad… querer hacer lo que esta bien y no lo que nos da la felicidad… ser libres de verdad no es una elección fácil por ello esperaré porqué se que es lo correcto.
-Entonces… ¿tú eres su elección difícil? ¿La que le dará la felicidad?… que presuntuoso por tu parte… ¿esperas que ella lo abandone todo por ti? ¿Tan importante en su vida te crees?
-Puede ser… pero yo ya hice mi elección, vuelva o no ella… no pienso arrepentirme nunca de haber elegido ser esa posibilidad-
La bolsa de migajas se había terminado y los cisnes comenzaban a alejarse buscando otro benefactor a su causa. Él se levanto de la fría piedra y por primera vez encaró su mirada, esa mirada que tantos recuerdos le devolvía en su reflejo.
-Entonces dime, ¿tendré que esperar otros tres años para volver a verte?- le pregunto sin culpa ni obligación- Sabes que esperare.
-No, no tendrás que volver a esperarme nunca mas… yo también he tomado mi elección- anunció mientras le abrazaba y recibía su beso, de un sabor salino, entre lagrimas y elecciones.
