Sí, estupendo; pero os recuerdo que la sociedad, esa cosa tan opresora, injusta y alienante, no es sino la suma de una infinidad de individuos entre los que estamos incluídos.
Y oye, la mayoría de la gente seguro que sabe ver ésto que comentáis, pero al mismo tiempo lo siguen alimentando.
¿Por qué tiene más éxito socialmente la chica espectacularmente guapa que la estéticamente más discreta? ¿Es cosa de la sociedad? No, colegas; son las personas, somos nosotros, que incoscientemente o no, la ponen/ponemos ahí.
Y claro, es la pescadilla que se muerde la cola: ellas (y ellos, aunque me ahorraré está puntualización) hacen lo posible por aparentar, y el resto del mundo las premia o castiga en consecuencia. ¿Y cómo se rompe este círculo vicioso? Pues fomentando la actitud opuesta desde la libertad personal, no poniendo el grito en el cielo porque la sociedad es cruel. Si lo es es porque nosotros la hacemos así, y en nuestra mano, y en la de nadie más está la solución.