La derecha posfranquista siempre ha atacado los símbolos establecidos fuera de su nacionalismo para crear batallitas identitarias y tener a los remeros entretenidos con batallitas regionales o agresiones a nuestras minorías nacionales. Pasó con todos los símbolos de Valencia por ejemplo, y hoy la gente ya ni se acuerda de los que había antes de que ésta gente empezase a medrar con el asunto.