NuSuKi escribió:Y sobre el método "Este vil" (qué bien traído, oye xD), pues leí por algún sitio que el señor Ferber (del que copió el método), ya andaba retractándose, ya que no hay ningún estudio científico que lo respalde, y sobretodo que pruebe que sea inocuo para los niños.
Actualizo el hilo para comentar esto, ya que he encontrado la respuesta por casualidad, buscando otras cosas.
Resulta que aunque por Internet se puede leer lo que dice NuSuKi, resulta que no es cierto. Según
esta web,
When the 2006 edition of Solve Your Child's Sleep Problems came out, it was rumored that Ferber had reversed his earlier approach, but that simply isn't true. The new book reiterates a lot of what Ferber wrote in the earlier volume, with some important clarifications and additions[...]
Así que Ferber no ha cambiado de opinión, simplemente trata de zanjar qué es seguir su método y qué no: según él, dejar llorar al bebé durante más tiempo de lo que él recomienda es causar llanto innecesario.
De lo que se deduce que su método sólo causa llanto necesario. Esto es lo que es discutible y en lo que nadie se pone de acuerdo.
Yo lo que sé es que mi hija siempre ha dormido fatal, es una juerguista nata, le gusta acostarse tarde, jugar a todas horas y duerme muy poco. Durante los primeros meses tenía despertares muy frecuentes, padecía el síndrome de la cuna con pinchos, sólo dormía bien en brazos. Y ahora, sin lágrimas, aunque sigue acostándose tardísimo, ya no se despierta durante la noche salvo que le molesten los dientes o tenga hambre. Lo único que había que hacer era tener un poco de paciencia. Es cierto que resulta una tortura que te despierten cada media hora o cada hora, pero si te despiertan cada dos o tres horas el cuerpo acaba acostumbrándose y se hace más llevadero. El día que duermes cuatro horas seguidas te levantas descansadísimo. Y llega un momento en el que las cosas empiezan a ir mejor. Hoy Esperanza me ha dejado dormir casi siete horas seguidas. No son las doce que dice Estivill, pero es que no se le puede pedir más, al despertar estaba muerta de hambre la pobre mía. Lo bueno de dar el pecho es que no tienes que hacer esperar al bebé, la comida está servida inmediatamente, y eso hace que no se desvele, se vuelve a dormir enseguida.
A lo mejor seguir el método habría adelantado tres meses esta situación. Pero también conozco casos en los que el método Estivill provocó que el niño llorara aún más, y el libro acabó en la basura. Los niños son absolutamente impredecibles, y tratarlos como robots fabricados en serie es un grave error.
Cambiando de tema, esta semana mi niña cumplirá la mágica cifra de los nueve meses, hasta ahora había pasado más tiempo en mi barriga que en el mundo, a partir de ahora eso se va a invertir. En este último mes y medio ha pasado de que casi no sabía ni rodar sobre un colchón a poder sentarse, ponerse de rodillas, gatear, ponerse de pie y trepar. Yo sabía que los niños evolucionan rápidamente, pero hasta ahora había visto cambios mucho más graduales. Es como si de pronto se le hubiera conectado algo en el cerebro, está felicísima, el desplazamiento le da una libertad que no imaginaba que tenía.
Para ilustrar este tocho, os dejo una foto reciente de Esperanza en su coche de carreras:
Por cierto que mi intuición materna es lo más inútil del mundo, mientras que yo habría apostado por una niña con el pelo negro y los ojos verdes, resulta que me ha salido, como veis, pelirroja de ojos azules. Qué cosas...