La noticia del día, o tal vez del año: todavía queda gente buena en este mundo

Os voy a contar algo que me ha sucedido y que me ha conmovido, no tanto por la historia de la protagonista, que es como muchas otras que hemos oído tantas veces, como por la reacción de la gente.

Hoy había salido y ya iba de vuelta a mi casa por las calles de mi barrio. Tiré por una no muy frecuentada para acortar camino y me encontré a un grupo de cuatro personas con una señora que estaba sentada en el hueco de un árbol.

Les pregunté si alguien necesitaba ayuda, y me contaron que la señora del árbol estaba bebida (como atestiguaba la botella de vodka vacía que había a su lado) y no podía ni levantarse, y que llevaba allí, bajo la lluvia, al menos cuatro horas.

Habían llamado a la policía, y sorpresa, los locales no hicieron nada. Allí la dejaron.

La señora pesaba más de 100 kilos, y no podía ni andar. Los que estaban allí suponían que era de Europa del Este, por el acento, aunque no sabían nada más de ella porque no hablaba.

Cuando se fue despertando se quiso poner en pie. Una señora de edad avanzada le trajo una silla de su casa, para que pudiera sentarse mientras se recuperaba. Después le hizo un café, al que le echó sal, que era el remedio casero que usaba su madre para las borracheras. La verdad es que le hizo efecto.

La extranjera seguía sin hablar, pero ya nos miraba de otro modo. Antes había desconfiado, no quería que la tocasen ni que le cogieran sus cosas. Empezó a dar las gracias y a pedir perdón. Me puse a hablar con ella, y me contó que era de Ucrania, que había dejado allí a su hija y a su madre. Otra persona que estaba allí le dijo: "Y por eso bebes", y ella asintió.

Detalles aparte, hoy he visto a un tío flaco que pesaba menos de sesenta kilos sujetando a la ucraniana para que no se cayera, a una anciana haciéndole café y quedándose con su bolsa para que pudiera irse caminando sin estorbos y que luego pudiera volver a por sus cosas, a dos personas dispuestas a acompañar a esta persona a la estación de autobuses para que pudiera llegar a su casa. Incluso la anciana intentó ayudar a levantar a la enorme ucraniana (no la dejamos, pero ella estaba dispuesta).

En fin, que he visto algo que pocas veces se ve. Y no creáis que por esa calle pasa mucha gente, así que se pararon muchas personas teniendo en cuenta los pocos que pasan por allí.