Si creíamos que la NSA iba a cambiar su ideario de cara al público tras las
revelaciones de Snowden estábamos equivocados. El propio presidente de la agencia de seguridad norteamericana, Mike Rodgers, explicó ayer que en sus planes se mantiene la idea de
"puertas traseras" para acceder a los datos de las empresas tecnológicas.
No sólo eso, en su locución queda claro que buscarán un marco legal que les exima de la polémica actual para actuar así. Según Rodgers, el
modus operandi de la NSA está lejos de intentar perjudicar la privacidad en la red, comprometer el cifrado o de arruinar los mercados internacionales. Sus palabras fueron una elaborada defensa de la estrategia de seguridad en la red en conjunto con las propuestas del presidente Obama:
Si nos fijamos en la topología del ataque de Corea del Norte contra Sony Pictures Entertainment, literalmente rebotó por todo el mundo antes de llegar a California. La infraestructura se encontraba en varios continentes, en múltiples regiones geográficas diferentes.
Una teoría que, aun siendo cierta, seguía dificultando la explicación de cómo las protecciones legales podrían ponerse en marcha para garantizar que el acceso del gobierno a los datos de las empresas de tecnología en Estados Unidos no daría lugar a abusos por parte de la NSA. El presidente de la agencia explicó que la Casa Blanca está tratando de llegar a un acuerdo o marco legal con empresas como Apple, Google o Yahoo para asegurarse una manera de acceder a los datos móviles o en la nube:
“Puerta trasera" no es el contexto que yo usaría, porque cuando escucho la expresión "puerta trasera" pienso: 'Bueno, esto es una especie de sombra, ¿por qué no quieres ir por la puerta principal de manera pública?' Debemos crear un marco jurídico para la forma en que hacemos esto.
En cuanto a la preocupación por la infiltración del gobierno en los datos de las empresas del país y cómo podrían representar un riesgo de negocio para las compañías, se defendió sugiriendo que la mayor amenaza eran los ataques cibernéticos.
Una lucha actual que libran las propias compañías estadounidenses en oposición al gobierno. Mientras la administración presiona para introducir pequeñas brechas en los sistemas de cifrado que garanticen el acceso al flujo de datos a las agencias de seguridad, las empresas intentan blindarse. El propio CEO de Apple, Tim Cook, advirtió la
semana pasada que este tipo de “cooperación” tendría consecuencias nefastas porque sacrificaría el derecho a la privacidad
online.