Esta nota ya había salido hace un tiempo, y, por curiosidad, me puse a investigar en el tema para no comentar desde la ignorancia y la generalización.
Se estima que los videojuegos estimulan lo que se entiende como el sistema de recompensa del cerebro, aquella serie de procesos que nos envían señales placenteras al conseguir logros que consideramos relevantes. De esta manera, el sistema libera sustancias a nuestro cerebro cuando, por ejemplo, terminamos de conseguir una canción en guitarra o aprender una nueva receta de cocina, con el fin de estimular la repetición de conductas que resulten beneficiosas para nosotros.
Ahora, hay que entender que, si bien nosotros podemos hacer la distinción entre realidad y ficción, químicamente, nuestro cerebro no es capaz de ello. En este sentido, un logro virtual que no pueda ser observable en la realidad liberará de igual manera ese grupo de sustancias placenteras. En este grupo de actividades virtuales entran los videojuegos, creador precisamente para superar retos y conseguir logros. Así, conseguir todos los puntos de cocina de un Sim en Los Sims 4 puede resultar igualmente placentero (o en mayor o menor medida) que aprender una nueva receta, dependiendo tanto de los intereses personales del individuo como de los estímulos que recibe de ese logro.
No solo eso, la mayoría de los videojuegos están diseñados no para el logro de un único gran reto, sino que este logro final, terminar el juego, se encuentra repartido en distintas misiones, logros, trofeos, mini jefes y demases que hacen del videojuego una herramienta de alto estímulo químico. Por poner un ejemplo, Super Mario Bross tiene un logro final, vencer a Browser, pero ese logro final está dividido en un grupo de niveles que funcionan como mundo, y ese grupo de mundos se encuentra dividido en otra serie de sub-mundos. Cada uno de estos es un logro a conseguir, y nuestro cerebro responde a esos estímulos cada vez que oímos la ya conocida canción al final del nivel. Aparentemente, esto ocurre en menor medida con actividades que no tienen un nivel de progreso tan marcado como un videojuego. No hay una serie de niveles definidos para aprender a tocar la guitarra, así como tampoco lo hay en aprender una receta. Claro, puede haber pasos o procedimientos en la teoría, pero, a menos que el individuo considere reunir los ingredientes o aprender una secuencia de acordes de la canción como un logro, no hay ningún estimulo perceptible a través de los sentidos que permita esa sensación de logro ajena a la propia percepción, como si ocurre en los finales de cada nivel con musiquita y conteo de puntos.
También hay que dejar en claro que estas actividades virtuales suponen un desgaste cognitivo, y es sabido que el ser humano puede tolerar el desgaste cognitivo de mejor manera que el desgaste físico. Pueden hacer el intento ustedes, vayan a trotar o toquen la guitarra de forma seguida por varias horas sin parar. Verán que, si bien sus mentes podrán o querrán continuar, sus cuerpos no se lo permitirán. Según lo que pude leer, es de esta manera desde la cual se puede considerar un uso desmedido de los videojuegos como una adicción. De igual manera que ver redes sociales en el teléfono, (que no hay logro, pero si chisme y memes, que funcionan de forma distinta pero caen en lo mismo) o jugar a las tragamonedas, los videojuegos son, en muchas ocaciones, actividades que no requieren de una gran carga cognitiva, y casi nula carga física. Por lo mismo es que muchos casos considerados de adicción a los videojuegos ocurren en casos de MMORPS's, donde es más que habitual la reiteración de tareas sumamente repetitivas con el fin de conseguir gradualmente logros en forma de nivel, de armas o de equipamiento. Cualquiera que haya jugado un MMORPG's (o, sin ir muy lejos, pokémon) puede dar cuenta de lo sencillo que es pasarse todo el día matando enemigos de nivel inferior para conseguir ese nivel o esa armadurada deseada. Esto no quita el hecho de que sí pueda existir gente con adicción a actividades que requieran un desgaste físico. Puede haber personas que tengan adicción a la guitarra, a la cocina, o a correr, pero no suelen ser casos grandes de personas que lo experimenten, distinto de como ocurre con casos de videojugadores que gastan 12 horas de su dia jugando.
Desde este punto de vista es que se puede considerar el videojuego como una adicción, de igual manera que puede considerarse la adicción a las tragamonedas al uso del celular como una. Son usos desmedidos modernos, que no se sacan los médicos de la imaginación, sino que se concluyen a partir de casos reales, que ocurren en la actualidad, y que es necesaria su identificación para comenzar a trabajar con ella desde una base común.
Ahora, si esto te ofende, no entiendo por qué lo hace. Yo juego videojuegos todos los días, pero tanto yo como el resto de personas que me rodean comprenden que soy capaz de regular ese uso de tal forma que no perjudique algún otro aspecto de mi vida diaria. Y, para los que consideran que esto no es más que un grito de guerra en contra de los videojuegos y que muchas personas no entendidas considerarán a los videojuegos como agentes directos de adicción, pues será necesaria realizar toda esta charla que estoy haciendo yo en este foro para hacer entender que, debido a características del medio (que son compartidas con otro gran grupo de tecnologías modernas), los videojuegos sí pueden estimular una conducta adictiva, pero no todos los que juegan videojuegos son obligatoriamente adictivos. Es mejor educar que cantar odio hacia los que no se encuentran familiarizados con el tema.
Disculpen las faltas ortográficas