La polémica del manifiesto "sexista" en Google

He tenido que dejar de leerlo, es insultante...
Lucy_Sky_Diam escribió:He tenido que dejar de leerlo, es insultante...


No sé a quién apuntas.

En mi caso, si el desarrollo de los hechos es tal cual como se presenta en el enlace, veo una reacción desproporcionada y claramente etiquetable como "dictatorial" por parte de Google. Pensamiento único. Puestos a utilizar la terminología marxista, veo al oprimido (trabajador que, equivocado o no, plantea cosas diferentes desde el respeto), y a los opresores (empresa que frena toda iniciativa que salga de su propio modelo, mediante el argumento de la amenaza, el escarnio público, y el uso de la violencia).

Por otra parte, no entiendo como en pleno siglo XXI el eterno debate "nature vs. nurture" sigue vigente en las ideologías extremas. Cualquiera que haya tenido intención de rascar algo, o bien en ciencias, o bien desde el sentido común, descubrirá que no es una cuestión de "todo o nada", sino que es un continuo entrelazado, no cuantificable, no medible. Por esto mismo, no cabe la polarización, no hay cabida para el argumento que sostenga la supremacía de una u otra influencia. Las influencias biológicas y sociales en el ser humano se retroalimentan entre sí a cada momento, mostrándose en un producto único: el juicio individual.
Google y la diversidad. La controvertida ciencia tras el “manifiesto” de James Damore

Cuando necesiteis quemar en la hoguera publicamente a alguien hasta te dan los pasos a seguir.

Nicholas Christakis, de la universidad de Yale, da un paso más, y señala que la reacción contra Damore recuerda a lo que se ha llamado “difamación ritual”, cuyos elementos constitutivos se pueden resumir:

En un ritual de difamación se acusa a la víctima de haber violado un tabú cultural.
El método de ataque del ritual difamatorio se basa en atacar el carácter de la víctima, no sus argumentos.
Estos argumentos se condenan, no se discuten.
La víctima es expuesta al escrutinio del ojo público.
El ritual difamatorio exige que más personas se suman a la condena pública de la víctima.
La víctima de la difamación es deshumanizada –por ejemplo, considerándola en la actualidad “machista” o “racista”, y por tanto indigna de consideración.
La difamación ritual debe presionar sobre el ambiente familiar y social de la víctima.
Por último, debe considerarse irrelevante cualquier intento de “explicación” aportada por la víctima.
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