Corría enero de 2021 cuando la Fundación Raspberry se sacó de la chistera uno de sus productos más inesperados: la placa microcontroladora Raspberry Pi Pico. A diferencia de las placas de desarrollo Raspberry Pi, que son esencialmente sistemas informáticos completos y miniaturizados, la
Raspberry Pi Pico tiene por objetivo realizar labores sencillas y en ocasiones utilizando señales analógicas, compitiendo con la familia Arduino. Hoy ha encontrado su sucesora con el anuncio de la nueva Raspberry Pi Pico 2, más potente y capaz.
Aunque exteriormente la nueva controladora es casi idéntica al modelo todavía presente (la idea es que pueda instalarse en los mismos espacios y artilugios para mantener la compatibilidad física entre versiones), la Raspberry Pi Pico 2 incorpora un microcontrolador de nueva factura que recibe el nombre RP2350, así como el doble de almacenamiento flash (4 MB) y 520 KB de memoria SRAM en lugar de 264 KB.
El microcontrolador es sin duda el aspecto más notable del hardware. Indistinguible en su apariencia salvo por la serigrafía, el RP2350 proporciona dos núcleos ARM Cortex-M33 a 150 MHz frente a los dos Cortex-M0+ a 133 MHz de la anterior generación, y lo que puede ser incluso más notable: también incorpora dos núcleos de código abierto RISC-V Hazard3, dando al usuario la oportunidad de elegir ARM o RISC-V durante el arranque.
La idea general de Raspberry es impulsar la arquitectura RISC-V ofreciendo un entorno de desarrollo popular, estable y con un soporte adecuado, para lo cual casi todas las funciones del chip, con la excepción de algunas características muy concretas, serán accesibles exactamente igual que durante el uso de la placa con los núcleos ARM. Todo ello manteniendo la misma velocidad de reloj.
Toma de contacto del youtuber Jeff Geerling ilustrando sus novedades. Otra novedad destacable es un mayor énfasis en la seguridad, fruto de la colaboración con el proyecto Trusted Firmware. Dependiendo de la configuración de seguridad, la placa solo arrancará si detecta un binario firmado usando una clave privada con el
hash de la clave pública almacenada en sus 8 KB de memoria OTP, lo que debería evitar el riesgo de ejecutar código ajeno por "accidente". A esta protección se suman otras como un coprocesador que monitoriza la integridad de los datos frente a ataques de inyección de fallos.
Raspberry se muestra tan convencida de la seguridad de su placa (y al mismo tiempo reconoce la necesidad de seguir mejorándola) que ha encargado una
caza de bugs con una recompensa de 10.000 dólares para la primera persona que rompa el proceso de arranque con firma. Y por si esto fuera poco, las tarjetas de acceso para la DEF CON de este año, que arranca hoy, poseen un chip RP2350, por lo que no serán pocas las manos deseosas de buscarle las cosquillas.
Más potente, más segura y con mayores posibilidades en entornos profesionales e industriales, la Raspberry Pi Pico 2
ya está a la venta en España por unos 5,9 euros.
Fuente: Raspberry