Solidaridad pero respetando la voluntad del autor» o «La SGAE cree en el derecho de autor solidario y responsable» son los dogmas por los que se rige la Sociedad General de Autores y Editores, sin excepciones. Lo ha demostrado al cobrar el 10% de la taquilla de un concierto benéfico -uno más entre tantos- celebrado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar (Almería) el pasado 25 de abril, cuya recaudación iba destinada a salvar la vida de Juanma, un niño de seis años afectado del Síndrome de Alexander y cuyo cuidado requiere de un carísimo tratamiento. Sobre el escenario, David Bisbal que quiso contribuir con su voz sin cobrar ni un euro por su actuación. El aforo, de 1.226 localidades, completamente vendido, se tradujo en una taquilla de más de 50.000 euros, de los que un 10%, -5.629 euros-, por ley, ha ido a parar a las arcas de la entidad de gestión en concepto de derechos de autor para repartirlos entre sus creadores.
Esta práctica es habitual para SGAE, sin embargo, la situación extrema que converge en este concierto, de carácter humanitario y no comercial, ha avivado aún más la polémica sobre los apetitos recaudadores de la SGAE, y si es preciso ponerle límites.
La polémica suscitada por la recaudación de este 10% por parte de la SGAE, al trascender a la opinión pública, ha provocado que la entidad, en respuesta a esta alarma social y linchamiento mediático, optara por reembolsar una cantidad similar a la percibida, «con cargo a sus gastos de gestión», esto es, sin afectar a los autores, y remitir un comunicado en el que asegura que la SGAE «ha sido completamente respetuosa con la Ley de Propiedad Intelectual, que no permite la concesión de licencias gratuitas». Y añade: «Los socios de la SGAE creen en el derecho de autor solidario y responsable. Como se ha hecho en múltiples ocasiones, la solidaridad de los creadores hubiera sido posible si, con el tiempo suficiente para gestionarlo, los autores del repertorio interpretado durante el concierto hubieran podido optar por la cesión gratuita de sus legítimos derechos. De ese modo, esa polémica se habría evitado».
A la pregunta de si la entidad se pone en contacto con sus autores ante la posibilidad de renunciar a sus derechos en beneficio de alguna causa, la SGAE afirma que eso sería imposible «pues al año se celebran entre 600 y 800 actos. En los conciertos benéficos se incurre en diversos gastos, y los derechos de autor forman parte de ellos, algo que la gente no entiende todavía», alegan.
Contradicciones de Bautista
Por su parte, el presidente ejecutivo de la SGAE, Eduardo Bautista, en un acto celebrado en su sede la tarde de ayer, desmintió las informaciones aparecidas en la prensa -contradiciendo incluso el comunicado remitido por su propia entidad- al asegurar que la sociedad de gestión ya había devuelto la cantidad recaudada a la familia del niño. Soprendido por la polémica, Bautista insistió en que la entidad que dirige sólo se limita a cumplir la ley. «La noticia estaba incompleta. La devolución estaba hecha de antes. A nosotros nos tienen que medir por el rigor, por cumplir con las leyes. Eso sí, una vez cumplida la ley hay que ser sensible e interpretar. En estos casos lo importante es el esfuerzo solidario que se ha hecho para ayudar al niño», aseveró.
No es la primera vez que, ante la polémica, la SGAE ha reembolsado el dinero cobrado en un acto benéfico
http://www.abc.es/20090506/cultura-cult ... 90506.htmlQue puta cara tan dura