Pues permítame su vuecencia que sea yo quien comience, por más que sea de forma poco agraciada para el autor y su obra.
D. Arturo no es, ni por mucho, santo de mi devoción, aunque no por ello aborrezco su obra.
Sobre los manuscritos que nos atañen, a los que prefiero dirigirme por no meterme en camisas de once varas en relación con el autor, los libros no me disgustan, pero sólo los salva de la quema los guiños que hace a personajes famosos que fueron convivientes del afamado capitán. Por lo demás, no me parece ni que sea capaz de meterme en la época que describe (salvo por lo comentado con anterioridad) y que el maese Reverte llega a ser incluso poco original, en mi humilde opinión.
Despídome hasta otra y alégrome de que haya abierto tan amable taberna, que además de barata es para la persona grata.
Ahora sí, me gustaría saber por qué a vuecencia le gustan tantos estos manuscritos del maese Reverte, ya que, vuecencia pide la opinión nuestra, pero no ha dado aun la suya de usted.
Hasta más ver.