Los ciudadanos de la Unión Europea que se desplacen en el mercado único no deberán desprenderse de los servicios de contenido bajo demanda que tiene suscritos en su país de origen. Así lo acordaron finalmente este pasado martes el Consejo, la Comisión y el Parlamento tras más de un año de negociaciones orientadas a reducir (pero no eliminar, al menos todavía) el bloqueo regional de contenidos a través de Internet. Esto significa que un español que viaje a otro país de la Unión podrá disfrutar de su suscripción a
Netflix,
Movistar+ o
Spotify (por poner tres ejemplos) independientemente de que ya no se encuentre en su lugar de residencia habitual y con acceso a los contenidos ofrecidos en España.
La nueva normativa de portabilidad fue
anunciada en 2015 como un nuevo paso hacia la integración del mercado único digital. A pesar de que los sondeos de la Unión Europea muestran que esta medida cuenta con un amplio respaldo ciudadano, la industria televisiva y cinematográfica se ha opuesto vehementemente a derribar las barreras que han permitido segmentar el mercado digital europeo en un momento en el que existe casi total libertad de circulación de mercancías y servicios.
El derribo de las restricciones geográficas para contenidos digitales será parcial, en cuanto a que tendrá un carácter temporal y estará pensado especialmente para reducir el impacto de este tipo de bloqueos en turistas, estudiantes y profesionales desplazados al extranjero durante periodos de tiempo limitados. Esto es así para evitar que un usuario de un país concreto pueda suscribirse a ciertos servicios más baratos en otros países con el consiguiente riesgo de fuga de clientes. Más de 500 millones de personas en los 28 estados miembros de la Unión podrán beneficiarse de esta medida.
La eliminación parcial de las barreras geográficas para contenidos digitales alcanzará a transmisiones de televisión y servicios de
streaming de música y video,
pero también a plataformas de distribución de libros electrónicos y videojuegos. Su aprobación se inscribe en la nueva estrategia digital de la Unión Europea, que próximamente pondrá
fin a las tarifas de roaming tras arduas negociaciones para fijar el precio de los datos para los mayoristas.
Las nuevas reglas serán aplicadas a comienzos de 2018. Antes de eso deberán ser aprobadas formalmente por el Consejo y el Parlamento, pero se trata ya de una mera formalidad dado el acuerdo alcanzado ayer. Los proveedores de contenidos tendrán ahora nueve meses para adaptarse a la medida.
Fuente: Comisión Europea